Siempre había pensado que lo de las carreras para las rebajas era algo que realmente no ocurría. Uno siempre ha tenido un poco de alergia a todo lo que tiene que ver con un día de compras rodeado de mucha gente, así que cuando veo la más mínima cola en un comercio trato de quitarme de enmedio. Eso hasta que por un encargo un día te ves atrapado en una situación donde no se sabía si la vergüenza ajena era superior a la propia o viceversa. Y allí corriendo por el pasillo de un supermercado con una cara de novato ante expertos con máster en esas situaciones, recibiendo empujones, viendo a la de al lado cogiendo un puñado de chaquetones sin ton ni son con el único objetivo de tener más y con una locura consumista insaciable, el único pensamiento que te viene a la cabeza es qué puñetas haces allí, a la vez que estiras el brazo como si fuera un periscopio para alcanzar uno. 'Nunca mais'.