Letra pequeña

Rajoy, por talante y formación, ha decidido dar la batalla al independentismo desde la letra pequeña

La importancia que estamos dando a los recelos de los funcionarios catalanes a cumplir con las leyes de desconexión es un indicio muy preocupante. Nos muestra cómo y dónde se está poniendo el foco de la respuesta al problema catalanista. Los funcionarios temen por las consecuencias administrativas si no cumplen a pies juntillas el principio de jerarquía normativa, como es su deber profesional. Lógico. Pero dándole a eso una trascendencia que sólo tiene porque nadie hace nada más, se desplaza el planteamiento desde los grandes principios constitucionales, desde la historia de España y el patriotismo y la voluntad de seguir viviendo juntos a la letra pequeña de las ordenanzas municipales. Rajoy, que huye de los valores como el gato del agua, estará encantado.

Por eso, Manuel Chaves, clamando desde estas páginas por la aplicación del artículo 155 de la Constitución y, como quien no quiere la cosa, pero en todo el centro de su artículo, por el 544 del Código Penal, ojo, que ahí escondido estaba el secreto de su texto transparente, como la carta de Poe, a la vista de todos, Manuel Chaves, digo, clamando, lo hace en el desierto. El presidente del Gobierno optó, quizá desde el principio, por la letra pequeña de los tribunales arrastrando los pies y los funcionarios rascándose la cabeza y Junqueras mirando hacia otro lado.

En principio, la idea es sutil y puede, como ya he dicho varias veces, que le salga bien a corto plazo. Frente a los gestos teatrales y a las palabras altisonantes del nacionalismo histérico, el zumbido cansino y burocrático de la maquinaria del Estado. De fondo, quizá, el viejo refrán africano que popularizó Roosevelt: "Habla bajito y lleva un buen garrote si quieres llegar lejos ("Speak softly and carry a big stick, you will go far").

Yo siempre prefiero que no se haga el histrión, pero, en este caso, estoy más con Chaves que con Rajoy, que no ha entendido el refrán africano. La aplicación de las leyes nunca es gritar, y cabe hacerlo, como se desprendía del artículo del ex presidente de Andalucía, sin nerviosismos, con naturalidad. Además, la ley (dos en uno) es elbig stick. Lo tramposo de la táctica de Rajoy no es que hable bajito, sino que obliga a hablar a otros cuando le tocaba a él. Recurriendo a la letra pequeña de los pequeños, deja sin hacer el relato de la unidad, de la grandeza, de la Constitución y de la verdad. A la larga, mala cosa.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios