Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Ahora que ya se ha reivindicado la guayabera, es el momento de poner en valor, que diría un político, el sombrero de jipijapa, que los modernos llaman panamá. En lugar de las odiosas gorras de béisbol americano o cualquier insulso sobrero, los de jipijapa dan un aire indiano, un sabor americano a la ciudad. Como dijo el presidente Rivadavia, las puertas de Cádiz huelen a América . La mejor manera de cubrirse la cabeza y de homenajear a nuestros mayores es reivindicar el sombrero blanco con la cinta negra, ese que puede atravesar un anillo sin arrugarse. En invierno muchos caballeros llevaban un sombrero tipo stetson, fedora o borsalino, con los que más parecen Indiana Jones o cualquier protagonista de una película de intriga que otra cosa, pero al llegar el verano no saben cambiar a otro tocado más acorde con el clima. En invierno destaca el sombrero tirolés de Paco Súnico,con su plumita, a juego con el loden verde. Ignacio Moreno sabe cambiar de sombrero y llevarlo con elegancia y educación: saluda tocándose el ala(que cantaba María Dolores Pradera), se lo quita en presencia de las damas, se descubre en un recinto cerrado. Normas sencillas de entender y aplicar.

Por supuesto se encarece el uso del término jipijapa, localidad cercana a Cuenca, en Ecuador, donde se tuerce la fibra de palma de manera manual para alcanzar el grado de transpiración y elegancia precisos que otorgan cobertura frente al sol y un toque de distinción como recién llegada del Nuevo Mundo. Fue Teodoro Roosvelt el que provocó que se les llamase panamá cuando visitó las obras del Canal y vio que la mayoría de los trabajadores llevaban estos sombreros para protegerse de las inclemencias del sol ( lo bonito que me ha quedado) cuando todavía los New York Yankees no se habían hecho famosos y sus gorras no circulaban por el mundo desde Donald Trump al último bañista de La Caleta. Así que urge una Hermandad del Jipijapa que dé réplica a la Orden de la Guayabera. Alguien debería animarse a redactar normas y estatutos aunque esta vez mejor que el asunto quede en la clandestinidad porque no quiero ni pensar una quedada (kdd se escribe ahora, ríanse ustedes de Pérez Reverte) de caballeros tocados con sombrero en un fuerte día de levante. Una Hermandad del Jipijapa que promueva el uso del sombrero y fomente entre los caballeros ir tocados con tan elegante complemento, incluso acompañados de guayabera. Pero sin croquetadas.

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