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Desde mi cierro

Pedro González Tuero

Inoportuno

ESTE opinador, que se asoma a su cierro con cierta frecuencia para contemplar desde allí el devenir de esta ciudad, con paso lento o con acelerado compás, que, aunque isleño de origen y ejercitante, por oficio y por convicción, es vecino desde hace casi dos décadas en esa ciudad de Chiclana, tan cercana. Que compagina y se acopla como puede a las circunstancias de un pueblo que no es el suyo, pero que también por esto puede saborear lo que le es ajeno. Pueblo de buena gente, ciudadanos activos y emprendedores, que ha sabido sustituir a aquella afamada capacha por la empresa previsora y boyante. Que siempre he pensado que entre una y otra ciudad, La Isla y Chiclana, no ha habido fronteras y que si las hubo fue por mor de algún acomplejado que no lo ha sabido entender.

Y digo esto porque hace unos días en este acogedor "Diario", donde todo lo que es correcto y no impertinente tiene cabida, fue publicado un artículo de opinión -edición de Chiclana- por un afamado político provincial, alcalde chiclanero que fue y hoy presidente de la muy remunerada Zona Franca gaditana, en el que su concepto de La Isla no parece muy oportuno. Y digo su concepto, pues hoy en día no es el que mantiene sus paisanos. Amparándose en anécdotas pasadas que cree graciosas, no deja bien parada a esta Isla, con una obsesión, que ya me era conocida, de su concepto peyorativo del "capacha", pues fue al primero hace algunos años que se lo oí, y que hoy en esta ciudad isleña apenas muchos lo entienden. Mal gusto el de este señor que desea, parece, volver a antiguas rivalidades, si las hubo, pero que hoy ya no se llevan. Triste que un personaje público como él, aún conserve un anecdotario tan rancio y arcaico que inoportunamente saca a la luz a propósito de un objeto que identificaba al trabajador chiclanero que desde esta Isla, "gente", según él, siempre admiramos.

Suerte la del señor de Mier que su artículo en La Isla no se leyera. A veces las distintas ediciones traen estos desajustes entre ciudades tan unidas, en las que muchos isleños vivimos en Chiclana y otros chiclaneros viven en La Isla. De mal gusto, sí señor, e inoportuno lo de este eterno profesional de la política que demuestra tener la gracia en... ahí. Justo donde mi intuitivo lector piensa. Hasta da pena.

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