NO me gustan las personas que se dedican a criticar por criticar, sin aportar nada en esas críticas y sin ver nada bueno en lo que hace el vecino. Cuando esas críticas sin argumentos van dirigidas a la Iglesia, todavía me fastidia mucho más. Sé que muchos de ustedes conocen todas las buenas obras que hacen los que forman la Iglesia pero, por desgracia, son muchos los que sólo hablan de ella para criticarla. A esas personas que no la conocen en profundidad, les diré que en España hay más de 5.000 centros escolares religiosos, contamos con más de un centenar de hospitales dirigidos por religiosos/as, hay más de 1.000 centros de ayuda (ambulatorios, centros para enfermos terminales, albergues, comedoresý), casi 400 centros de reeducación de personas que de nuevo se quieren reinsertar en la sociedad, más de 900 centros de acogida para niños/asý y a todo esto hay que añadir dos de sus grandes oenegés como son Cáritas y Manos Unidas. Sobre la primera, pueden preguntar a todas esas personas que llegan a final de mes gracias a la ayuda de esta organización y no con la ayuda que las administraciones les dan y que, por cierto, son bastante escasas. Y sobre la segunda, se les puede preguntar a todos esos misioneros/as, religiosos en algunos casos y laicos en otros, que llevan todos esos proyectos de desarrollo a muchos de los países que lo necesitan. También la Iglesia se hace cargo del 80% de la conservación y el mantenimiento de su patrimonio, del cual todos nos beneficiamos porque todas las iglesias y catedrales de nuestra geografía son el mayor reclamo turístico y no una saeta cantada en la Carrera Oficial, como nos quiere hacer ver el concejal Ignacio García de Quirós, hecho que me ha sorprendido cuando ni él ni ningún otro miembro de su partido han mostrado jamás interés alguno por ninguna de las manifestaciones religiosas que se realizan en nuestra ciudad. Y, para terminar de convencerles, les diré que dentro de la Iglesia también se encuentran los mejores psicólogos. Cuando estén en horas en bajas por algo a lo que no le ven salida, hablen con un sacerdote. Yo lo hice con don Diego y lo que no consiguió un profesional, lo consiguió él. Gracias por leerme.

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