El día que me di cuenta de que yo era el único que no estaba depilado de todo el equipo de fútbol supe que ya era un carcamal de manera irreversible. Ahora todos los chavales se depilan de las cejas para abajo. Como mucho van a una Barber Shop para que les arreglen la barba. El resto del cuerpo sin un solo pelo. Pasó a mejor vida aquel tiempo de "el hombre y el oso, cuanto más feo más hermoso". Ahora termina un partido y todos se ponen cremas, colonias y aplicaciones corporales, llevan los gayumbos a juego con los calcetines y el jersey y hablan entre ellos si es mejor ir al Virogas, al Malevo o,como el alcalde, a la calle Rosario, si en un sitio tienes que pedir cita con tanta antelación o si te cobran 20 euros por arreglarte pelo y barba. Los chavales se pelan como los futbolistas: la parte inferior de la cabeza afeitada y la raya hecha a maquinilla. Cabe suponer que a las pibas les debe gustar, caso contrario no lo harían. Uno de mis amigos tiene incluso una persona que va a su casa para que le haga la depilación a toda la familia. Es cierto que el vello corporal resulta un residuo del homo erectus, de cuando nuestros antecesores vivían sin protección. Así que, senso contrario, la ausencia de vello en el cuerpo debe ser un signo de modernidad y evolución de la especie. El día que hayamos perdido todo el vello será el estado evolutivo superior. Hace tiempo se extrañaba Scarlett Johansonn de la ausencia de función corporal de los pezones en los hombres. Si hay algo que no sirve para nada ¿cómo es que no ha desaparecido? Si la función crea el órgano, cosa que sabemos desde Darwin, la ausencia de función debería llevar a la desaparición del órgano. Otro asunto no menos importante en el diseño del cuerpo humano son los residuos funcionales anteriores a convertirnos en bípedos. Hay un refrán de los arquitectos: el cuerpo humano parece diseñado por un ingeniero ya que solo a un ingeniero se le ocurriría situar un parque de atracciones junto a un colector de aguas residuales. El lugar natural para la evacuación sería el dedo gordo del pie, por lo que cabe esperar una evolución en este sentido para los próximos millones de años, si el planeta aguanta.

Mientras tanto veo con alegría que en La Laguna hay un peluquero que rinde homenaje a los que estaban en la calle Nueva, cuando los hombres nos pelábamos y el fútbol era cosa de hombres, Veterano. Solo en la calle Isabel de la Viesca José Mari sigue dando conversación y un corte varonil por 10 euros. No vaya a ser que el Yuyu termine dedicándole un pasodoble.

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