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Cuchillo sin filo

Francisco Correal

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Hinault

De los políticos franceses se puede decir lo mismo que de los ciclistas: desde 1985 un francés no gana el Tour

Era la segunda patria que perdíamos". El testimonio periodístico de Manuel Chaves Nogales en La agonía de Francia es demoledor. La primera patria que había perdido, obviamente, era España. La lectura de este libro durante la campaña electoral francesa ha sido muy edificante. Con ocho décadas de antelación, el periodista sevillano, el biógrafo de Juan Belmonte ya pronostica y advierte del auge de los nacionalismos, de la inquina contra los refugiados, que en su paso por Francia antes de la entrada de las tropas alemanas incluía a medio millón de españoles. Lástima que como europeos no pudiéramos votar ayer en las elecciones francesas. Necesitan un Napoleón doméstico, un Bailén de la Normandía.

La caída de París vista por Chaves Nogales la he ido leyendo en paralelo con El Tour de 1936, la crónica puntual y apasionada que José Pettenghi Lachambre hace de la participación de cinco ciclistas españoles (Mariano Cañardo, Julián Berrendero, Salvador Molina, Federico Ezquerra y Emiliano Álvarez) en la trigésima edición del Tour de Francia, que partió el 7 de julio de 1936 de París. El 14 de julio, día nacional de Francia, lo celebraron llegando a Grenoble y el sábado 18 de julio el final de etapa estaba en Niza. En una Costa Azul repleta de turistas debieron tener noticia de la rebelión militar que iba a acabar con el Gobierno al que representaban los cinco ciclistas, que compartían equipo con un combinado de Luxemburgo.

Los franceses ya no son lo que eran. No hay más que ver las dos opciones que aparecían en las urnas. Tampoco en el ciclismo. Desde 1985 no gana un francés el Tour de Francia. Fue Bernard Hinault un año después de que su compatriota Caritoux ganara la Vuelta Ciclista a España. Ese mismo tiempo hace que un francés como Dios y Voltaire mandan no llega al despacho del Elíseo. Han llegado el narcisista, el pusilánime y por imperativo generacional empieza a calentar en la banda el nieto de Le Pen.

Los conceptos de patria y frontera ya no son los de Chaves Nogales. Tampoco los del enemigo, que últimamente se ha cebado con Francia y el último 14 de julio les agrió la fiesta nacional en las mismas calles de Niza donde cinco ciclistas españoles salieron patriotas y llegaron apátridas.

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