Hay quien se ha creído que las flores de Pascua que planta el Ayuntamiento son como los erizos de la Erizá, que se pone uno en cola y se los lleva por la patilla. La afición por el gratis total lleva a muchos gañoteros, que en cierto modo son hasta entrañables, a convertirse en vándalos. Habrá cientos de estas flores de centros de mesa en cantidad de hogares gaditanos, lo mismo que en más de un chalé chiclanero hay bidones de basura 'trasladados' de la ciudad al campo. Arrancar o sustraer las flores de Pascua se ha convertido ya en una tradición navideña como visitar belenes o celebrar una cena de empresa. Lo que más extraña es el abnegado empeño del Ayuntamiento por tropezar cada año en la misma piedra. Y otra tradición navideña de la prensa gaditana es publicar cada año por estas fechas la noticia del robo o deterioro de las flores y lo que cuesta la gracia a las arcas municipales. Viva la tradición.

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