No quería dejar pasar esta séptima visita del ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, para darle las gracias por la tranquilidad que representa para el pueblo gaditano su presencia, sobre todo los lunes a la vuelta de su fin de semana en Sevilla, en nuestra tierra, que tanto desvelo le provoca. A ello le sumo mi más enérgico agradecimiento por sólo darnos 69 de los 360 polis que nos hacen falta para así poder dormir tranquilos. Qué sería de nuestras páginas de sucesos si esta provincia tuviera cubiertas todas sus necesidades de seguridad y si los malos no pudieran campar a sus anchas y cruzar sin miedo ese Guadarranque con sus narcolanchas o entrar encapuchados con nocturnidad y valentía en un hospital público para llevarse a un delincuente. Qué gesto de amistad se habría perdido nuestro Cádiz si esto no hubiera sido posible. No se preocupe, señor Zoido, por aquí todo bien y contentos con su labor.

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