EN Cádiz gusta mucho un gol de despacho. Así como otros equipos se especializan en los córners, las faltas, los balones a la olla, las paredes o las jugadas de pizarra, el Cádiz busca los goles de despacho desde hace tiempo. Se hizo famosa la mesa de Irigoyen, con aquella liguilla de la muerte, que se inventaron tras un descenso del Cádiz y un par de ampliaciones de categoría que se buscó. Más recientemente, con Antonio Muñoz en la presidencia, saltó el caso de Toni del Moral, entonces en el Celta. Y ahora ha llegado este caso de Kiko, juvenil del Hércules.

Después de hacer el ridículo en ese partido, adelantándose en el marcador sin ser capaces de mantener la victoria, y fallando un penalti en el último minuto del descuento, llega este intento a la desesperada de seguir en Segunda A con un gol de despacho. Si lo consigue mejor, aunque creo que al Cádiz no le beneficiaría a medio plazo, porque su fama de equipo simpático se cambiaría por la de equipo tramposillo, aunque tenga razón, si es que la tiene, mirando la norma con lupa al pie de la letra.

Ahora circulan todo tipo de rumores, empezando por la extrañeza de la alineación de este muchacho, que no había jugado ni un partido con el Hércules, y el detallismo del Cádiz para saber que su ficha se tramitó en septiembre. Y también hay quien opina que esta maniobra se ha gestado para fastidiar al Córdoba, cuyo máximo accionista, José Romero, ha sido detenido y puesto en libertad bajo fianza, acusado de cohecho y blanqueo de capitales en el caso de corrupción de Estepona. Según rumores sin ninguna prueba ni fundamento que circulan por ahí, los cordobeses se habrían gastado un pastón en primas a terceros; y se recuerda el partido con el Numancia, en El Árcangel, en el que los líderes sorianos incluso se marcaron un gol en propia meta, como ocurrió dos semanas después con un defensa del Racing de Ferrol, que se jugaba también el descenso. Casualidades y suerte.

Lo que más me preocupa ahora, con lo distraídos que estamos, es que el Cádiz se quede en Segunda B y empiecen a fichar tarde. Barla debe tener cuidado: su porcentaje de aciertos en el mercado de invierno fue para echarse a temblar.

Coda de interrogantes de Alicante: Dos preguntas que me inquietan sobre la jugada patética:

- ¿Por qué lanzó Abraham Paz el penalti? Este caso era distinto a los ascensos en Las Palmas y Jerez. El futuro personal de Paz dependía de esa jugada: si lo fallaba quedaba libre. ¡Ojo! Con eso no digo que lo hiciera a idea, sino que no era el indicado. El penalti debió chutarlo Natalio, un cedido sí, pero sabe y no hubiera querido pasar a la historia como el figurita que envió al Cádiz a Segunda B.

- ¿Qué le dijo César Caneda a Sanzol, portero del Hércules, antes del penalti? Hay que ser cretino para irse a hablar con el portero, en una jugada que se miraría con lupa en toda España. Si llega a entrar, ahora dirían que estaba comprado. Por cierto, Sanzol se tiró al lado bueno y le rebotó el balón.

Y otra pregunta :

-¿Por qué ningún jugador del Cádiz protestó el gol anulado a Dani? Tuvo toda la pinta de ser legal, suponía el 0-2 y nos hubiera dejado con pie y medio en Segunda. Jugadores bobos hasta el final.