ENTRE el Carnaval oficial y el de los más jartibles, alguien ha decidido colocar, hoy mismo, un acto que puede alcanzar niveles chirigoteros. El consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, a la sazón también presidente del Consorcio para la Conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812, recibirá un "bautizo laico" (no sabemos si será por lo civil) como reconocimiento de su dedicación a Cádiz, por parte del Ateneo Literario, Artístico y Científico de la capital, promotor de placas. No se entiende en cuál de las antedichas disciplinas se incluye esta ceremonia paradójicamente profana, auspiciada por dos instituciones de tan largo nombre, ni en qué beneficiará a Cádiz. El cuadro se perpetrará en el Ventorrillo del Chato, donde dicen que se guardan en una hornacina las esencias del tipismo gaditano: ¿agua de la Caleta? ¿aroma de adobo? ¿el aire de un cuplé? ¿olor a Bicentenario? Próceres los de antes.