Fastidiar a Teófila

La Junta se arriesga a una denuncia por prevaricación. Porque el edificio de la Aduana es el mismo

Se suele repetir, como un proverbio sentencioso, que "el tiempo pone a cada uno en su lugar". Pues eso es lo que está sucediendo, con el supuesto movimiento vecinal para derribar la Aduana, auspiciado por algunos de los que presionaron para su conservación. Hay políticos gaditanos de luces cortas, que piensan que la gente es tonta. De modo que un mismo edificio, en 2007, era un interesante exponente de la arquitectura de la posguerra (fue inaugurado en 1959), que se debía conservar como un ejemplo de aquel periodo, sin ceder a la especulación capitalista que intentaba el Ayuntamiento, donde gobernaba el PP con Teófila Martínez. Así consiguieron que la Junta de Andalucía incluyera el edificio en el Patrimonio Andaluz y lo salvara. La Academia Provincial de Bellas Artes, en su informe La Aduana, monumento emblemático de Cádiz, lo consideró "de lo mejor construido en todo el siglo XX".

Han pasado menos de 10 años, y como Teófila ya no es la alcaldesa, y no hay que torpedear sus planes, las cosas han cambiado. De modo que ahora la Aduana es un edificio franquista (puede que sujeto a la Memoria Histórica), y además un mamarracho arquitectónico, insulso, feo, que estorba la visión de la estación (que también estaba detrás de la Aduana en 2008).

El responsable municipal del Urbanismo, Martín Vila, con ese candor que le caracteriza, ha reconocido que la salvación del edificio se debió a problemas "políticos". Pero que ahora hay otra sintonía con la Junta, y sería mejor derribarlo para acometer (¿cuándo?) el Plan de la Plaza de Sevilla, que ha acumulado un cierto retraso.

No será fácil derribarla, a pesar de ese vergonzoso sectarismo. Para empezar, la Aduana es una Aduana, por lo que realizan unos trabajos, que requieren de otro edificio si el actual fuera derribado. Aun suponiendo que cambie de sede, hay otro inconveniente: la Junta se arriesga a una denuncia por prevaricación. Porque el edificio es el mismo. Y, si en 2008 merecía entrar en el Patrimonio Andaluz, no se entiende que una década después no lo merezca. O antes, o después, se ha actuado con arbitrariedad manifiesta y demostrable.

Los verdaderos artífices de la plataforma Salvemos la Aduana fueron José María Esteban y José Ramón Pérez Díaz-Alersi. A los que se sumaron algunos veletas, que ahora se dicen engañados. Quizá porque no entienden nada de arquitectura, o simplemente se engancharon para fastidiar. Y, con tal de fastidiar a Teófila, no les importó Cádiz. Los arrepentidos deben pedir perdón.

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