EN la ciudad vivimos muchas personas muy diferentes en sus ideas y en sus pareceres. Hay un gran sector que, por fortuna, tiene un alto espíritu cívico. Lo demuestran a diario con una conducta normalmente correcta. Aman a Cádiz y quieren lo mejor para ella en todos los aspectos. No hay nada de la ciudad que les resulte ajeno. Vibran con todas sus cosas. Algunas de estas personas llevadas por su amor a la tierra toman iniciativas a favor de todos porque piensan que la sociedad civil se debe movilizar en algunos temas de interés público y no dejarlo todo en civil se debe movilizar en algunos temas de interés público y no dejarlo todo en manos de los políticos. Es lo que ocurre con los integrantes del Foro contra el derribo del edificio de la Aduana en la Plaza de Sevilla que, por otra parte, está respaldado por más de 2.600 firmas de ciudadanos que apuestan porque se mantengan el citado edificio de tan notable y presencia, y que merecen que se les escuche y atienda su petición. Un gran espíritu cívico, como decimos, que comparten un gran número de ciudadanos, en contraste con otro sector, más amplio de lo que quisiéramos, que se dedica a ensuciar, manchar y destrozar todo lo que encuentran a mano, demostrando con ello lo poco, más bien nada, que quieren a Cádiz. La verdad es que, para ser justos, no merecen vivir entre nosotros y, desde luego, no son gaditanos, aunque casualmente hayan nacido aquí.

Estos individuos, a diferencia de los que poseen un gran espíritu cívico, están llenos de un gran incivismo, cuyas muestras llenan nuestras calles, plazas, jardines y monumentos. No dejan nada que no lleve su indigna huella. Nada más que arreglar sus desafueros lleva consigo un gran dispendio de dinero, que podría dedicarse a algo más practico y positivo para la ciudad. Este vandalismo lo cultivan especialmente lo más jóvenes, aunque los mayores no están exentos de otras actitudes igualmente incívicas, como el no cuidar la limpieza de las vías públicas, arrojando toda clase de basura al suelo. Uno, al vez muy ingenuo, confía en que la nueva asignatura "Educación para la ciudadanía" vaya teniendo efectos positivos en las nuevas generaciones y pueda mejorar la deplorable situación actual. Ojalá sea así.