MIENTRAS aquí en nuestra ciudad los políticos locales andan enredados en que si son galgos o podencos, a tan solo escasas tres horas por carretera, la ciudad de Málaga acoge una exposición del pintor portuense Enrique Ochoa, cuyo sugerente título "Ochoa vuelve al sur. 1914-2014. El pintor de la música", invita a propios y extraños a conocer un poco más de cerca la vida y obra de este pintor universal, paisano nuestro.

En múltiples ocasiones desconocemos lo que nos rodea; abandonamos a los más cercanos y omitimos las extensas dimensiones de vecinos de barrio.

Para que nos sea más familiar, Enrique Estévez Ochoa nació el 27 de abril de 1891, a las tres de la mañana, según la partida de nacimiento y, a las ocho, según la partida de bautismo, en la calle Nevería, 26 de El Puerto - a decir de Paco Arniz- y por acuerdo de Pleno Ayuntamiento de 2 de septiembre de 1967, Ochoa, fue nombrado 'Hijo Predilecto' de su ciudad natal.

En 1975, obtiene, según el propio Ochoa la mayoría de edad: "Mi premio mayor, aunque soy ciudadano del mundo, porque he recorrido todo y en todas partes tengo amigos, es el de saber que he nacido en El Puerto de Santa María y que ya, en vida, tengo una calle con mi nombre allí".

Como portuense de los de verdad, como última voluntad, había pedido al consistorio un pequeño nicho donde reposar cuando falleciera, dejando el "encargo" al pintor Juan Lara. Como hasta nuestros días, la burocracia municipal se eternizaba, su hijo puso de manifiesto el estado de salud del pintor resaltando "que la mayor ilusión de mi padre, en caso de fallecimiento, es que sus restos descansen en esta ciudad". Tan solo 14 días después de que la Comisión Municipal Permanente aprobase la solicitud, Enrique Ochoa fallecía en el Hospital la Cruz Roja de Palma de Mallorca donde estaba ingresado.

Pintor universal, a decir de los críticos, 36 años después de su despedida, su Fundación y el Ayuntamiento de Málaga homenajean, una vez más a este pintor de la música. Acerquémonos a conocerlo.