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de todo un poco

enrique / garcía-máiquez

Dinámica de grupos

EL final del primer trimestre trae anuncios de juguetes, luces, christmas, zambombas, belenes y pestiños. Y, para los profesores, sesiones de evaluación. Allí se ve bien algo que puede tener, quizá, interés general: el efecto del grupo sobre el rendimiento de cada uno de los alumnos. En el caso de algunos repetidores resulta llamativo: con unos nuevos compañeros, se enchufan a trabajar más y mejor y acaban irreconocibles. Lo he hablado con varios y también ellos -orgullosos, deslumbrados, agradecidos e incrédulos- reconocen que no se reconocen.

Esos padres amorosos que suelen echar la culpa de todos los males y maldades de sus hijos a sus amigos tienen, por tanto, cierta razón. Aunque yo les aconsejaría que se aplicasen el memorable verso de Jesús Montiel: "Hazme caso: sospecha de ti siempre que puedas", y que se pregunten si sus hijos contribuyen al bien del grupo o al revés. En cualquier caso, exámenes de conciencia aparte, lo claro es que el grupo puede arrastrarnos o elevarnos.

Esto, que ya se sabe y se ha estudiado, podría estudiarse mejor y aplicarse más, pues es un instrumento pedagógico decisivo; pero yo no lo traigo aquí para hablar de mi trabajo ni para admirarme en público de lo que me vuelve a sorprender curso tras curso. Llevado por el contraste de nuestra vida pública entre tanta gente estupenda y tal desastre político, he dado en pensar que España padece una dinámica grupal lamentable. Las mejores personas, que aquí las hay en abundancia, como abundan los buenos alumnos también en los grupos malos, parecen ahogadas y arrastradas por problemas absurdos y contraproducentes que acaban por enturbiar el ambiente y sumirnos en cien círculos viciosos superpuestos.

¿Quiénes se imponen, los mejores o los más egoístas, obtusos o vociferantes? ¿Qué valores o contravalores imperan? ¿Qué actitudes se premian socialmente? ¿Para quiénes hay indulgencias y miramientos? ¿Qué actitud rige ante las normas, ante el bien común, ante la autoridad y la responsabilidad? ¿Cómo y de qué se discute? Las respuestas a estas preguntas determinan si una clase de secundaria gestiona bien su grupo y propicia que sus miembros saquen el máximo partido a sus posibilidades. España, con tantos políticos estirados, jerarcas campanudos, sindicalistas comprometidos, magistrados del TC y demás cargazos, lo hace abrumadoramente peor que mis grupos de FP.

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