No dieron un pollo a los trabajadores, como decía Paco Alba en 'Los fígaros', pero sí una alegría muy grande a la Bahía. Cuando la botadura del petrolero, quiero decir. La del martes. La que propició que el Diario abriese con una buena noticia después de tantas desgracias y sinsabores. Se han publicado muchas imágenes del acto en el que se presentó el barco, pero la más llamativa ( y para mí, estremecedora), es la que muestra a gran parte de los trabajadores de Navantia en Puerto Real que han participado en la construcción. Un gentío. Un hormiguero de empleos, de hogares que salen adelante, de esperanzas, de cierta estabilidad... ¡Trabajo en los Astilleros! "Va a haber empleo e inversiones", dijo la presidenta de la Sepi. Habrá que creerla y, por una vez, dejar a un lado el escepticismo gaditano que, por otra parte, nos sale de forma natural después de tantos varapalos desde que nos fundaran los fenicios.

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