Editorial

Demanda inviable, protesta justa

UNA juez de Toledo ha desestimado la demanda presentada por Telma Ortiz, hermana de la Princesa de Asturias, contra varias decenas de medios de comunicación para que, en base a su derecho a la intimidad y la propia imagen, se abstuvieran en el futuro de captar, publicar o emitir imágenes y fotografías de suyas o de su pareja. La demandante argumentaba que la pareja estaba viviendo un auténtico infierno desde el embarazo de ella a causa de su parentesco con la Familia Real, pese a su voluntad de permanecer en el anonimato y preservar su privacidad. Precisamente la jueza niega ese carácter privado de su personalidad y les atribuye la condición de personas de proyección pública, con un derecho a la intimidad de menor grado y más restringido por el derecho a la libertad de información. El auto, por otra parte, considera evidente la inviabilidad jurídica de su petición de que todos los medios dejaran de ocuparse de Telma Ortiz. Esta pretendida medida cautelar es, efectivamente, insostenible. Con todo, la demanda pone de relieve una vez más las prácticas de acoso y persecución que ciertos sectores de los medios informativos no cesan de desplegar en torno a determinadas personas, superando no sólo los límites del derecho a la intimidad y la imagen, sino los de la estética y el sentido común, todo ello para hacer caja azuzando el morbo y la incultura de amplios sectores de la sociedad. A la vista de esta resolución judicial y de que parece imposible que los medios o los informadores se autocontrolen en este terreno, la única salida judicialmente viable, ya iniciada por algunos "famosos", sería demandar a medios o periodistas concretos por actuaciones igualmente concretas. Sólo faltaría, entonces, que los jueces mostraran la sensibilidad suficiente, como han hecho en varios casos, para proteger los derechos de ciudadanos realmente acosados sin merma para la libertad de expresión. Existe bastante doctrina jurisprudencial acerca de el asuntos para racionalizar este tipo de informaciones y subordinarlas en todo caso al interés público.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios