La Navidad la vive cada uno como quiere. Hay gente que no la soporta porque le chirría el afán consumista y el derroche de dinero inútil con tanta necesidad en el mundo. Otros tienen una visión más intimista y no le gusta porque le trae malos recuerdos porque se ha muerto algún familiar. En lado contrario están los que nunca podrán olvidar el 25 de diciembre porque ese día vino algo que les cambió sus vidas a mejor. O los que le gusta reunirse con los amigos y con la familia. La Navidad no es buena ni mala. Cada uno trata de sentirla a su manera. Hay gente que dice que es un momento de mucha falsedad, de una humanidad artificial en la que los que tienen intentan lavar sus conciencias ayudando a los que no tienen. Algo de verdad hay, pero si la Navidad no existiera ni siquiera en estos momentos habrá esa caridad. Al fin y al cabo, la Navidad va a existir siempre y lo único que hay que hacer es entenderla lo mejor posible.