Forma también parte de la actualidad de este fin de semana guste más o guste menos. Nací daltónico y me aseguraron en su momento que este defecto-efecto no iba a peor, pero el circo que rodeó la primera comunión de la hija de Paula Echevarría y David Bustamante fue todo un lamentable horror-error. Utilizaron uno de los días más felices de su pequeña para escenificar un increíble amor rodeado de muecas y falsos quereres. Confundí el amarillismo de la noticia con el negro funerario de un mísero espectáculo en el que la víctima era una niña que se veía feliz entre su padre y su madre. Pronto recogerá los platos rotos y llegará a odiar las imágenes en las que quisieron disfrazar el día, e intentar que pareciera una jornada familiar llena de paz y amor. Pero ellos se quedan tranquilos con que se pixele la cara de la pequeña como si así fuera menor el daño. Entre el negro y el amarillo, la cosa fue para ponerse colorado. Ellos sabrán.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios