Cuidado con la costa de Cádiz

Es improbable que nadie deje de veranear en Sotogrande o en Tarifa. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado

El turismo de verano en Cádiz es fundamental para la economía de la provincia. Lo recuerdo porque ha costado mucho esfuerzo convertir a las playas de Cádiz en un destino de lujo, con hoteles de cinco y cuatro estrellas, a los que acuden Paula Echevarría y otros famosos. Es un esfuerzo compartido, en el que hemos pasado de una Costa de la Luz de andar por casa, con veraneantes que alquilaban pisos por quincenas, a ser uno de los principales destinos de playa. Sin embargo, sobre eso pulula una amenaza: se está dando la imagen de que las costas de Cádiz son un territorio dominado por las mafias y el crimen organizado. Por eso, erradicar la delincuencia debe ser una prioridad. Y no caer en el sensacionalismo también.

La semana pasada los telediarios se han llenado de noticias negativas para la provincia de Cádiz. Casi todas han ocurrido en el Campo de Gibraltar. Al hablar del ambiente, parece que es la comarca más subdesarrollada de España, cuando es el lugar donde se encuentra el puerto más importante del sur de Europa, y hay cierta industria concentrada en la Bahía de Algeciras, y turismo de lujo en Sotogrande y Tarifa. Verán: hay paro, pero no es tan pobre como la comarca de Las Hurdes en otros tiempos. También hay ingresos opacos, que una vez blanqueados se integran parcialmente en el circuito de la economía local. Es el coladero principal del hachís y otras drogas, sin olvidar el contrabando de tabaco.

La Policía y la Guardia Civil necesitan refuerzos en el Estrecho, a poniente y a levante, hacia el Mediterráneo y hacia el Atlántico, en las costas más cercanas de Málaga y Cádiz. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, en sus visitas, ha prometido una lucha sin cuartel para minimizar las consecuencias. Sin embargo, los hechos ocurridos son muy graves, y van más allá de la muerte de un niño. Antes hubo otros episodios escandalosos, como el rescate de un narcotraficante preso que estaba siendo asistido en el Hospital de La Línea.

Por lo ocurrido hasta ahora, es improbable que nadie deje de veranear en Sotogrande o en Tarifa. Sin embargo, hay que tener cuidado, mucho cuidado. Según las circunstancias, algunos días parece que las costas de Cádiz son el escenario de El Padrino del siglo XXI. Hay líneas rojas de peligro que no se deben cruzar. Igual que refuerzan la vigilancia y los niveles de alerta en los grandes eventos, se debe valorar que la temporada de verano es un acontecimiento para las playas de la provincia de Cádiz. Es mejor prevenir que lamentar.

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