COMO todos los años en que me es posible, me trasladé desde Cádiz a Toledo para pasar allí la semana centrada en el Jueves del Corpus, solemnidad y fiesta mayor de la ciudad, (desde el año pasado, pues antes se había venido celebrando en Domingo, como casi en todo el resto de España), hasta tal punto de que, si existen varios "Toledos", el "del Corpus" mantiene una identidad propia y una personalidad indiscutible. La Ciudad Imperial, si siempre es única, se transforma en ese día de tal manera que recupera su esplendor mudéjar, gótico, renacentista y barroco de forma tangible para los cinco sentidos. Recomiendo a los que lean estas líneas que, al menos una vez, no dejen de vivir allí esta fecha, en la seguridad de que será una experiencia inolvidable.

Pues bien, dentro de ese ambiente me he encontrado este año con la sorpresa de la celebración de dos exposiciones incluidas en la programación, cada vez más amplia y completa, de esta fiesta. Dos muestras centradas en la Constitución de Cádiz de 1812, que han tenido su sede en el denominado Centro Cultural San Clemente, muy recientemente habilitado en una de las alas del Real Monasterio de San Clemente de Monjas Cistercienses, una de las instituciones monásticas femeninas más antiguas y prestigiosas de Toledo. No me resisto por ello a dar una referencia de estas dos exposiciones a los gaditanos, como una muestra más de la repercusión y de los ecos que la Conmemoración del Bicentenario está alcanzando en toda España.

Una de ellas, organizada por el Archivo Provincial de la Diputación de Toledo bajo la denominación de "La Constitución de Cádiz de 1812. Origen de las Diputaciones", ha sido montada por el equipo del mismo bajo la dirección de su archivera, Dª Maria Jesús Cruz, y merece todos los plácemes y elogios. Además de analizar y explicar históricamente la génesis y primer desarrollo durante el siglo XIX de dichos Organismos como consecuencia de la aludida Constitución, y su evolución ya en el siglo XX, sobre todo a partir de 1924 con las competencias que les confiere el Estatuto Municipal de esa fecha, en esta exposición se podía observar, ya en referencia concreta a la provincia de Toledo, los cambios experimentados por los límites de la misma en el primer tercio del XIX, el testimonio documental de la actividad de la Diputación a lo largo de los años en todos y cada uno de los municipios de aquélla y la muestra de su evolución y progreso en todos los aspectos: comunicaciones, infraestructuras, valores culturales, bienestar económico y social, etc. Todo ello, siempre en cumplimiento de los fines que la legislación en cada momento ha conferido a las Corporaciones Provinciales. Se mostraban interesantes planos originales de proyectos de abastecimiento de aguas, de reforma de calles y plazas, de construcción de escuelas, etc. También se exponían numerosos documentos y antiguas fotografías que reflejaban el funcionamiento de los establecimientos de la Beneficiencia Provincial, del alistamiento y sorteo de los mozos de los reemplazos, del servicio de maestros rurales, de construcción de carreteras, con un largo etcétera en el que el espacio me impide entrar. En suma, una magnífica exposición que, como al principio dejo escrito, me sorprendió muy gratamente y que no puede estar más de actualidad para todas las provincias españolas y muy especialmente para la nuestra de Cádiz y para la propia ciudad gaditana, pues fue su Oratorio de San Felipe Neri el escenario en el que se crearon, entre otras tantas cosas fundamentales e importantes, las Diputaciones Provinciales, instituciones hoy en proceso de revisión pero que han jugado un papel decisivo en el desarrollo económico y social, cultural y sanitario, de los habitantes de todas y cada una de las provincias españolas de una forma permanente desde 1835.

La segunda exposición no era menos interesante y sorprendente. En espacio contiguo a la anterior, el Ateneo Científico y Literario de Toledo, institución que recientemente está siendo revitalizada, ha organizado la exposición denominada "Toledo y su provincia con la Constitución de 1812", bajo la dirección de su Presidente, D. Juan José Fernández Delgado, quien viajó a Cádiz hace escasos meses para reunir toda la documentación e información que le fue posible, para lo que contó con la colaboración del Presidente del Ateneo gaditano, de la Fundación Federico Joly Hörh, de la Diputación Provincial de Cádiz y del Consorcio para la Conmemoración del II Centenario, que figura como uno de los patrocinadores junto a dicho Ateneo y a la Diputación de Toledo. Producto de todo ello ha sido una muestra plena de información histórica, amena y variada, que introducía perfectamente a los toledanos en lo que supuso la Constitución gaditana en el devenir histórico español.

Quede, pues, constancia de la especial y extraordinaria presencia que el Bicentenario ha tenido entre los toledanos y los numerosos visitantes de la Imperial Ciudad en las fechas anteriores y en la propia semana de la celebración del Corpus, ya que, en definitiva, Cádiz ha estado plenamente presente este año en el "Toledo del Corpus".