El Pinsapar

Enrique Montiel

Consejos del más allá

ME muestra un tarjetón, el clásico en el que en el margen inferior derecha aparecen los nombres del matrimonio. Lo ha encontrado entre algunos papeles de su padre. Conmovido me lo lee. Decía San Ignacio que en tiempos de turbación no hacer mudanza. El padre de mi amigo, que puede que sea santo también, parece que dejó estas palabras para tiempos de crispación, como estos. Rezan así: "Aprenderse los nombres de las personas que trabajan con nosotros. Sonreír, sonreír a todas horas. Con ganas o sin ellas. Prestar libros aunque te pierdas algunos. Olvidar las ofensas y sonreír, especialmente, a los ofensores. Aguantar a los pesados, no poner cara de vinagre escuchándolos. Tratar con antipáticos. Conversar con los sordos sin ponerse nerviosos. Entretener a los niños chiquitines. No pensar que sean mayores con el tiempo. Dar buenas noticias. Mandar en tono suave. No gritar nunca. Corregir de modo que se note que te duele el hacerlo. Exponer nuestras razones en las observaciones, pero sin aplastar al otro. Contarle a la gente las cosas buenas que algunos hayan dicho de ellos. Recordar las fechas de los santos y cumpleaños. Contestar, si es posible, a todas las cartas. Hacer favores. Tener la manía de hacer el bien. Multiplicar el saludo. Olvidar las ofensas."

Mi buen padre no dejó un tarjetón escrito como hizo el de mi amigo, pero recuerdo algunos de sus lemas, especialmente estos dos: "Piensa bien, aunque te equivoques. Haz el bien y no mires a quien." Se podrían añadir a los anteriores. Los de mi padre, como los del padre de mi buen amigo, fueron máximas para vivir con paz. No veo a estos buenos padres pidiendo la muerte para María San Gil en Santiago de Compostela , ni llamando "imbéciles" a los millones y millones de españoles que votan al Partido Popular. Habían llegado a este punto de sabiduría tras una jornada vital tremenda. El padre de mi amigo nación en 1912, mi padre, que había nacido en el año 1921, tenía 15 años en julio de 1936, y 18 años en 1939. Con el resultado de hacer más de cuatro años de mili, más los tres de guerra civil. Por la guerra mundial. La historia de España lo puso en la calle con 24 años habiéndole robado la infancia, juventud y adolescencia. De un golpe. Pues pese a todo: haz el bien y no mires a quien, piensa bien aunque te equivoques. O el conjunto de normas prácticas para llegar al final con la paz con la que llegó el padre de mi amigo, que aconsejaba no gritar nunca, sonreír siempre, hacer favores, olvidar las ofensas....

Es un tarjetón amarillo, de esos en los que abajo a la derecha está los nombres del matrimonio. Los padres de mi amigo.

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