La caricatura la podría haber hecho yo misma, con doce años, mientras la monja explicaba física. Un extraterrestre algo abatraciado, con la cara Ortega Cano, dice frases antológicas como "Estamos tan a gustito". Revista Mongolia la había usado para promocionar un concierto en Cartagena y una juez ha estimado que "acentúa la burla, humillación y ofensa a la imagen". La multa se establece en 40.000 euros -como para comparar, decían los editores, con los 180.000 euros por homicidio involuntario que tuvo que pagar el torero-. La noticia salta justo de la mano de un informe de AI (Tuitea si te atreves) que asegura que la libertad de expresión se encuentra comprometida en España. No entiendo muy bien una figura como el "honor": no sé dónde situarla, más allá de la dignidad y el respeto. Y luego está esa sensación de que quienes recurren a ella, tienen la tendencia a sentirse "honorables". Qué cosa más ridícula. Y más cantosa.

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