Crónicas Levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

Condes

Puigdemont vetó la entrada a los medios españoles bajo el argumento de que no votan en estas elecciones

Me apasiona tanto la Historia que no me importa que mientan: ya encontraré a otro del lado contrario, el contraste es un buen método de aproximación, no absoluto, pero válido. Heródoto se las daba de muy imparcial, pero me habría encantado leer la versión de las guerras griegas, que no médicas, contada por un sabio persa. En las cortes de Darío y de Jerges siempre hubo griegos que acudían al Gran Rey para que fuese él quien le diese la vuelta a la tortilla en Atenas o Esparta. Antes que Pericles, fue un general persa el que echó a los tiranos e impuso a los demócratas en las ciudades de Jonia. Porque le convenía, claro, no era de la UCD.

Así que no me perderé la serie que ahora se estrena en Cataluña: Comtes. Es decir, condes. Los medios soberanistas la han subtitulado como la historia de los orígenes de un Estado. O de la corona catalanoaragonesa. Los cuatro capítulos recrean la historia de los primeros cuatro condes de Barcelona, comenzando por Wilfredo el Peludo, que se pasó a los francos por su rubia melena y nombró a su hijo heredero de un título que, mal que les pese, nunca fue soberano. Soberano era el rey de Aragón. Uno de los productores del filme ha declarado en la prensa que -¡atención!- observa "ciertos paralelismos" entre la Cataluña del siglo X y la actual, porque "cuando los poderes que están en el norte y en el sur de Catalunya se ponen de acuerdo, el país sufre mucho". El autor de la frase es Sánchez Piñol, y viene a demostrar que Cataluña es mucho más Polonia que lo que pensábamos: un país históricamente asediado, perseguido, por sus flancos.

La serie se verá en las cadenas locales y en Movistar. La mayoría silenciada también ve la tele en Cataluña y, al parecer, en sus casas ejercen el mando que les otorga el cambiador de canales. Miquel Iceta se sorprendía de que los votantes del PSC no le conociesen, y es que los electores catalanes de su partido no ven TV3, sino las cadenas nacionales. Lo sorprendente es que Iceta no lo supiese, se lo confesó a Bertín Osborne en la entrevista que se emitió hace dos semanas. Por eso, el socialista no para de salir en Antena 3, Telecinco y la Sexta. Gran descubrimiento, Miquel.

Quien aún no lo sabe es Puigdemont, el marciano de Bruselas, que ayer vetó la entrada a los medios españoles en una rueda de prensa con el argumento de que no votan. Sí, claro que votan, aunque queda patente que para muchos como él, catalanes sólo son quienes descienden de aquellos cuatro peludos condes.

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