CUANDO Colón y los españoles llegaron a la isla de Guananí, deslumbraban a los indios con cuentas de cristal, espejitos y campanillas. A cambio querían y buscaban oro. 517 años después las poderosas compañías eléctricas vienen a nuestra provincia de la misma manera, hace unos días en un amplio reportaje decían que "se crearán 100.000 (cien mil) puestos de trabajo en Andalucía en el sector de las energías renovables, empleos con alto componente tecnológico, con garantías de estabilidad y equilibrada distribución entre zonas urbanas y rurales". ¿Hay quien dé más? Los gaditanos no somos indios de Guananí y no sólo eso sino que además nos ponemos negros, cuando alguien viene a quedarse con nosotros, a engañar a la gente de nuestros pueblos prometiendo jauja, a cambio del oro de nuestro paisaje, de nuestro medio ambiente y de la pocas economías que tenemos.

Somos fieles creyentes de Kioto y del reciente Bali. Empapados hasta la médula de la necesidad de las energías renovables, eólicas, biodiesel y fotovoltaicas. Pero no somos tontos. Hace dos años ya prometían en Cádiz nada menos que 10.000 y 20.000 puestos de trabajo. Ahora suben la oferta. Y con ello lo único que consiguen es el efecto contrario, en vez de mentalizar a la gente, cabrearla. En la Janda/Trafalgar lo que dice por activa y por pasiva, es que se coloquen los gigantescos molinos donde no estorben otras economías o desarrollos y que no avasallen el medio ambiente, que hay alternativas con iguales vientos. ¿Es que no se puede entender esto? Y si no se entiende, hay que pensar que a estas compañías no les basta las subvenciones de Europa Madrid y Sevilla, sino que sólo piensan en su rentabilidad mas mezquina , beneficio hasta el último céntimo, caiga quien caiga.

Es indignante que pretendan engañar al pueblo con estas promesas, en un sector tan sensible como el de los puestos de trabajo. Que a lo mejor es verdad y han contado hasta el obrero que daría brillo con sidol a las torres o bien cuentan con la Virgen de Lourdes para que haga el milagro de la multiplicación de los panes y de los peces. Lo que debe quedar claro es que por aquí no vive toro sentado, ni tenemos taparrabos ni llevamos plumas.

Felices pascuas a todos, hasta para los de los voltios.