EL ALAMBIQUE

Diego / Mora

Cambios en el deporte rey

QUE el deporte rey sea el fútbol es algo evidente por los millones de aficionados que arrastra, por las ingentes cantidades de euros que genera y que administra y por la gran influencia social que ejerce al servir de válvula de escape para tantas frustraciones personales y familiares.

Pero el fútbol está muy necesitado de cambios que incentiven más su carácter deportivo y lo liberen de su condición de negocio.

Sin embargo soy consciente de la dificultad enorme que este apasionante deporte encuentra para cambiar porque sus altos dirigentes prefieren soportar y convivir con estos anacronismos y tienen pánico a cualquier cambio que pueda suponer una mínima pérdida de sus pingües ganancias y prebendas de las que gozan; eso justifica sus mentalidades ultraconservadoras, que les permiten servirse del fútbol para escalar puestos de preeminencia social en la política, en la economía y el poder en definitiva.

No se escapa a mi inteligencia que mi modesta opinión, como un granito de arena en la playa de Valdelagrana, carece de peso específico para ser tenida en cuenta; pero mi afición a este deporte, el haberlo practicado en los años de juventud y colegio y el ser un fiel seguidor semanal de mi equipo favorito me dan derecho a expresar públicamente mi opinión, que se basa principalmente en la necesidad urgente de algunos cambios. Es imprescindible dotar al fútbol de un sistema informático, como ya existe en otros deportes que ayude a los árbitros en sus, a veces, difíciles decisiones, pues les pedimos que sean como Dios, es decir que no se equivoquen nunca, es decir algo imposible. Recuerden los lectores "el ojo de halcón" ya en vigor en el tenis.

Soy consciente también de que el fútbol es algo intrascendente si lo comparamos con tantos problemas mucho más graves como el hambre y la sed en el mundo, las guerras, el paro y las drogas, etc, etc, pero los deportes, especialmente el fútbol y las actividades de ocio ocupan y preocupan a millones de personas y hemos de procurar actualizarlas y ha- cerlas más justas cada día.

Hasta pronto.

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