Los dos Cádiz de Fitur

Reducir el atractivo del turismo en Cádiz al Carnaval me parece bochornoso. La ciudad ya existía antes

Nuestros políticos han ido a promocionar a Cádiz en la Feria Internacional del Turismo, que se celebra en Madrid. Es un duro trabajo. Ese Fitur, que un día se calificó como Fritur, por aquellos fritos variados que se degustaban. Lo curioso es que allí va cada cual a su manera, a salir en las fotos por su cuenta. Como si los turistas vinieran gracias a ellos. Pero lo que más me ha llamado la atención es que en Fitur ha pasado lo mismo que aquí: la Diputación y el Ayuntamiento han ofrecido dos versiones diferentes de Cádiz. Parecen mundos paralelos, o para lelos.

La Diputación ha intentado dar una imagen de diversidad de la provincia, más en sintonía con el carácter técnico del evento en cuestión. Irene García, cuando intervino en la presentación, apareció rodeada de empresarios provinciales, como el presidente de la Cámara de Comercio, Ángel Juan; o el presidente de Horeca, Antonio de María; o políticos como Fran González, además de técnicos. Todos los señores con corbata (prenda muy utilizada en ferias como esa, a la que suelen acudir directivos) y todas las señoras con ropa de Zara y Mango, mayormente. Una cosa para cumplir.

Por el contrario, me ha sorprendido la imagen de pandereta que ha dado el Ayuntamiento gaditano. También me ha sorprendido que la oposición municipal, distraída con temas irrelevantes, no se preocupe por eso. La presentación estaba a cargo del alcalde, José María González, la concejala del sector turístico, Laura Jiménez; el concejal de Economía, David Navarro, y el actor Antonio Resines, como artista invitado. Y para hacer propaganda (¿o es autobombo?) de la ciudad se utilizó como reclamo principal (y casi único) el Carnaval.

Después no quieren que le recuerden que es comparsista en la reserva activa. O en excedencia, nunca se sabe. Reducir el atractivo del turismo en Cádiz al Carnaval me parece bochornoso. A mí también me gusta, por supuesto. Pero Cádiz tiene mucho más. La ciudad trimilenaria existía antes de los coros, comparsas, chirigotas y el cuarteto que lo presentó. Ahí está ese Cádiz del Tricentenario que se conmemora en 2017, con el traslado de la Casa que regulaba el comercio con América; y que se consiguió gracias a las gestiones municipales de entonces. Véase el declive: ahora se conforman con pedir una Gran Regata para 2020. Cuando puede que gobiernen otros; o no.

"Lo más puro de Cádiz que podemos ofrecer" es el Carnaval. Es la visión turística de la ciudad que tiene el alcalde comparsista. A partir de ahí, lo demás cae por su peso.

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