NO conozco personalmente al nuevo monologuista gaditano que triunfa en la televisión, Toni Rodríguez. Parece que proviene de esa estirpe de desinhibidos carnavaleros que triunfaron en su día. Gente con gracia y desparpajo que ahondaron en España la idea del gaditano gracioso. En varios programas Toni Rodríguez ha repetido sus chistes y sus bromas con éxito. Sobra decir que tiene todo el derecho del mundo a explotar el talento para su propio beneficio. A mí me resulta un poco chocante verlo siempre con una camiseta ceñida del Cádiz, pero yo no soy precisamente el árbitro de la elegancia. Cada uno se viste como le parece oportuno. Lo que no soporto son las gracias sobre la pereza gaditana. Me parece un argumento injusto y fuera de lugar. Creo que Toni Rodríguez le hace un daño irreparable a la ciudad que dice defender. Se ofrece una imagen absurda de Cádiz como un lugar donde nadie trabaja y el que no tiene otro remedio intenta escaquearse. Creo que es una ofensa innecesaria para una ciudad donde la inmensa mayoría de sus ciudadanos se levantan temprano y cumplen con su trabajo. Toda esa quincalla de "yo no trabajo porque soy de Cádiz", atribuida a Ignacio Ezpeleta, y las secuelas posteriores en las chirigotas de Juan Carlos Aragón y algunas del Yuyu creo que no sólo son falsas, sino que perjudican a Cádiz. Está bien que pueda ser la ciudad que sonríe, la capital del humor y de la gracia. Pero desde luego no es una ciudad de perezosos que evitan trabajar cuando pueden. Los hay, como en tantos lugares, locos por un subsidio y una prejubilación. Pero la inmensa mayoría son cumplidores y abnegados. ¿De qué si no se iría la gente a Castellón? Allí se van muchas criaturas porque no encuentran trabajo aquí para tener un futuro mejor para ellos y sus familias. ¿Por qué se va gente a vivir fuera de la ciudad? Pues por el mismo anhelo de una vida mejor conseguida con esfuerzo y sacrificio.

Por lo que se ve Toni Rodríguez tiene gracia y desparpajo suficiente para hacer reír sin necesidad del topicazo. Creo que mejor podría encauzar su talento hacia otros chistes y otras bromas que pudieran mostrar a España un Cádiz que puede ser gracioso pero es trabajador. En Cádiz la gente quiere trabajo aunque no todos seamos graciosos o muchos no sepamos bailar ni contar chistes pero sí vivir de nuestro esfuerzo.