Viernes Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Viernes Santo en la Semana Santa de Cádiz 2024

puente de ureña

Rafael Duarte

Beatus ille

EL levante, viento cantaor y cañí, apareció el día del Carmen para rizar el caño, hacerlo mar, a juego con los tirabuzones de la Virgen, patrona de esa mar que en la isla ni es río ni es mar, sino una corriente alterna, como los vientos que la azotan, casi como los cantes de ida y vuelta.

Paseo por la calle entre los remolinos de papeles, con la ventanía murmullando en las ventanas, temprano y fresco, delicia y gozo costero, aunque la polvareda ensucie y encaline el cielo entre lácteo y salino, en los derrumbiaeros de los saladares jubilados donde se acostaba el agua para parir la sal.

Suena a tambores rufando, a jarcias sonando como campanillas en los mástiles, a verano, a… Pero el placer mengua con la suciedad crónica y semivandálica que padece la Isla. El aparcamiento de Falla, el 33 ha crecido en escombros, matojos que la invaden y botellones y cristales. En las calles aledañas algún/a, ha tirado, rajado, dispersado de todo por el suelo. Subo a la calle Real y veo y admiro la definición de eternidad en sus acepciones dos y tres, duración dilatada de siglos y edades y duración excesivamente prolongada, y la Isla podría añadir otra acepción más definiéndola como duración dilatada en la instalación de un tranvía. Ya hay quien quiere patentar el antibosóns de Higgs, por la cantidad de losas con boquetes antimatéricos que salen en la calle. Y digo yo: ¿ese gasto no tiene recortes? Falta dinero hasta para pronunciarlo y a los funcionarios nos constatan y acusan como verdaderos energúmenos, que eran en origen étimo los poseídos por el demonio. (La democracia jamás hubiera sido posible sólo con los políticos sin la profesionalidad y lealtad de tantos y tantas funcionarios y funcionarias que se dejaron más de cuatro sueños en el empeño).

Pero siento todavía el vaho del ferial, el eco de tambores, el canto coral de las funciones y misas, los gladiolos a juego con el salitre célico, como diría Don Gabriel, y mi paseo desemboca en una humilde procesión de barriada con una virgencita del Carmen callejolera e íntima. La feria con el calor despidiendo los ecos hacia Santiago y sus mareas. El cielo siempre contra la adversidad.

Cargaores de la arena/ quemados de la cargá/ cuando carguéis a la Virgen/ mecedla con el compás/ de las olas en los barcos/ las dos quillas por igual/ candrays de los viejos sueños/ en procesión ancestral/que fue salina el Carmelo/ y también la Trinidad/ Ella y los santos del cielo/ siempre a la vera del mar.

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