Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Ya lo he dicho algunas veces: no soy de himnos ni de banderas. Tuve una andaluza hace 41 años que perdí el 4 de diciembre. Colgué en mi balcón una del Atlético de Madrid en mayo de 2010 cuando el equipo ganó la Liga Europa. Ahí se acaba mi relación con el mundo de las banderas. Dicho lo cual, respeto a todos aquellos para los que los símbolos son asuntos importantes. He visto colgadas por los balcones gaditanos banderas de la república, la arcoiris, las del Cádiz, la de Grecia (igual pensaban que Tsipras iba a hacer algo diferente), la de Cuba (un cubano se tiraría al suelo de la risa). Supongo que todos los que en su momento colgaron en sus casas esas banderas es porque querían contarnos su adhesión a algo o a alguien. Alguna vez he visto alguna bandera independentista catalana en un balcón gaditano y he pensado que el que ha puesto eso ahí es un descerebrado. Incluso es respetable que haya gente en Cataluña que ponga en su casa la estrellada, cosa distinta es que lo hagan instituciones públicas que se deben a la ley y al conjunto de la sociedad. Por eso cuando mucha gente, de manera espontánea, puso banderas españolas en sus balcones fui capaz de comprender qué les movía a hacer algo así. Veían como unos impresentables se saltaban la ley y querían romper un país democrático de ciudadanos libres e iguales con miles de defectos entre otros una epidemia de corrupción y unos políticos que no nos merecemos Pero que en los últimos 40 años ha vivido la mejor época de su historia cuando unos locos furiosos quieren alterar la convivencia. Ni siquiera he llegado a jurar bandera a pesar de mi provecta edad. No me molesta ver esas banderas por eso me extraña que les moleste a Miguel Ángel García Argüez , a David Márquez Mateos y a sus respectivas comparsas, lo mismo que a quienes aplaudieron los pasodobles que cantaron y a quienes, como Teresa Rodríguez, difundieron en las redes sociales esos pasodobles. ¿De dónde creen los que escriben, cantan y jalean esas letras que salen los dineros para mantener los servicios públicos españoles? ¿Hay que dejar abandonados a más de la mitad de catalanes que no quieren separarse de España? ¿Es democrática la actuación de los dirigentes independentistas?¿La corrupción de muchos políticos justifica cualquier desmán? Una última: para tener la boca grande hay que tener el culo limpio y quienes huyen de los inspectores de trabajo o utilizan argucias para no pagar a Hacienda no tienen mucha legitimidad.

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