Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Autobuses y banderas

No podríamos hablar de libertad de expresión si esta da cobijo solo a lo que piensa la mayoría

Como dice Luis María Anson: o se está con la libertad de expresión o se está contra la libertad de expresión. Con todas sus consecuencias y en todas direcciones, lo que quiere decir que no se puede reclamar este derecho fundamental solo cuando se pretende buscar cobijo para nuestros puntos de vista o de los nuestros y rechazarlo con subterfugios cuando se pretende impedir que otros lo ejerzan. Ejemplos gaditanos: creo que tienen el mismo derecho a expresarse el autobús de Hazte Oír, la biografía de José Antonio Primo de Rivera que la bandera republicana en las Puertas de Tierra. Hemos visto manifestaciones en uno u otro sentido justificando la suspensión del autobús o la retirada de la bandera por los mismos que se sentían ofendidos cuando lo que ellos defendían estaba impedido de manifestarse. Ya he citado alguna vez al juez Oliver Wendell Holmes, del Tribunal Supremo de los EEUU, cuando decía que la libertad de expresión existe para las opiniones minoritarias, para que puedan expresarse los que defienden puntos de vista que a muchos pueden disgustar. No podríamos hablar de libertad de expresión si esta da cobijo solo a lo que piensa la mayoría. Por supuesto que no coincido con quienes presentaron la biografía de José Antonio Primo de Rivera en el Hotel Las Cortes, pero me parece fuera de lugar ir a reventar el acto. No soy capillita pero jamás se me ocurriría interferir una procesión, y eso que mantienen bajo secuestro una ciudad entera durante una semana.

Los mismos que se manifestaron para que se impidiese la circulación del autobús de Hazte Oír se escandalizan ahora porque un juez, a instancias de la Subdelegación, haya ordenado retirar la bandera republicana de las Puertas de Tierra. Y viceversa: los que pedían libertad para que la asociación reaccionaria exhibiese su mensaje, han aplaudido la retirada de la bandera. Incluso la pintada realizada en la puerta del Consejo de Cofradías: haya sido algún cofrade de El Perdón o un gamberro que se ha sumado al festín intransigente con una gracia sin gracia alguna. La tolerancia es la piedra angular de la democracia, aceptarnos unos a otros sin excluir a los que no piensan como uno mismo. Comprendo que una cosa es la actividad llevada cabo con medios públicos (¡ese concejal de Bildu dando lecciones en Cádiz a costa del presupuesto!) y otra lo que hagan los particulares. Todos obligados por la ley, pero unos más que otros porque gestionan lo del común.

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