Calle Ancha

Alberto Ramos / Santana

Argumentos electorales

CUANDO Manuel Chaves anunció la posibilidad de que en las escuelas de idiomas de Andalucía se pudieran estudiar las otras lenguas oficiales del estado español, y reconocidas como tales por la Constitución, Arenas se apresuró en calificar la propuesta como un "disparate" y Rajoy, con su supuesta socarronería gallega, sentenció que eso era como una "pesadilla". Lo malo es que cuando a uno se le calienta la boca se precipita en emitir juicios, sin pensar dos veces lo que se está diciendo y olvidándose de contrastar datos y referencias de lo que hacen sus correligionarios en otras comunidades gobernadas por el PP. Gracias a la propuesta de Chaves ahora nos hemos enterado de que en algunas comunidades autónomas, presididas por militantes del Partido Popular, se habían adelantado y hace algún tiempo que se puede estudiar catalán, gallego y vasco. Y para rizar el rizo, Esperanza Aguirre, la que compite con Ruiz Gallardón porque Rajoy (o Aznar) la nombre heredera de la presidencia del PP, anuncia a bombo y platillo que abrirá un colegio público en catalán en Madrid, al que ya ha puesto nombre: "Josep Tarradellas".

Poco después el PSOE propuso una serie de medidas sanitarias entre las que se incluyen algunas prestaciones bucodentales gratuitas, y cuando Chaves la adoptó para los niños andaluces Arenas denunció enseguida que eran medidas electoralistas sin contenido, y Teófila Martínez no dudó en decir que la propuesta era una mentira cutre. Ahora resulta que Mariano Rajoy ha propuesto, esta misma semana, la misma oferta electoral de dentistas gratis, en el marco de lo que considera debe ser un programa para la mejora de la sanidad en España.

No parece que tenga mayor importancia, excepto que puede dar la sensación de que los candidatos andaluces del Partido Popular y la dirección del partido a nivel nacional no hablan con frecuencia por teléfono, para ponerse de acuerdo en los mensajes que deben transmitir, y evitar así la perplejidad y la sonrisa escéptica de los hipotéticos votantes.

Más grave es la aparente amnesia que ha invadido a la inmensa mayoría de los dirigentes y candidatos del partido, que en este caso sí siguen las consignas de la cúpula Popular, y repiten la letanía de que no está legitimado para gobernar quien haya tratado de llegar a un acuerdo con los terroristas, haciendo un paréntesis en la historia del gobierno de Aznar, olvidando que el candidato Mariano Rajoy formó parte de un gobierno que, por poner un ejemplo, en el último trimestre de 1998 también trató con los terroristas y calificó a ETA y su entorno como "Movimiento de Liberación Nacional Vasco". Consulten las hemerotecas.

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