Aletazos

En Las Aletas han pasado más de 11 años contando un cuento: sería la solución contra el paro en la Bahía

Vinieron para un entierro y para anunciar un nuevo invento. Pero se fueron sin el entierro, porque no había muerto. El proyecto de las Aletas de Puerto Real no ha muerto, sino que nunca estuvo vivo. Ha sido un fantasma (un espíritu) con alma en pena. Crearon un consorcio, y algunos vivieron del cuento mientras duró, y han dejado una herencia de 190 millones. Como el Euromillones. Era la crónica de una muerte anunciada, que diría García Márquez, pero desde antes de nacer. Era otro proyecto imposible, como el dragado del río Guadalquivir para ampliar el puerto de Sevilla. ¿Por qué los empresarios oficiales a veces se empeñan en lo imposible? ¿Por qué las administraciones públicas entran al trapo? Son preguntas que surgen ante los proyectos que jamás se cumplirán.

En Las Aletas han pasado más de 11 años contando un cuento: sería la solución definitiva para acabar con el paro en la Bahía de Cádiz. Ha sido absurdo. De ahí no ha salido nada, tan sólo vagas promesas. Las sentencias contrarias que dictó el Tribunal Supremo eran previsibles. Tampoco estaba claro por qué la zona de dominio público marítimo terrestre de Las Aletas acogería a unas empresas que no han invertido en Cádiz.

En la lista de los camelos del empleo gaditano, Las Aletas se suma a otras iniciativas milagrosas que sirvieron de poco. Como la ZAE. Como la ZUR. Como aquellos proyectos que planteaba la Zona Franca en los tiempos de Manuel Rodríguez de Castro, que terminaron como ya se sabe. O como la Plataforma Logística del Sur de Europa. Todas las recetas milagrosas que anuncian cada poco tiempo, con promesas de subvenciones, suelen terminar en decepción.

Frente a eso están las empresas que de verdad aportan empleo industrial a Cádiz, que no sólo son Navantia, Airbus o Dragados, sino también empresas auxiliares; o el esfuerzo de pequeñas empresas y autónomos por sobrevivir. En esta ocasión, han venido dirigentes del PP y del PSOE para el sepelio de Las Aletas, encabezados por el subsecretario de Hacienda, Felipe Martínez Rico, y el vicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios. De este modo, además de tragarse el sapo juntos, han querido resaltar la unidad política ante el nuevo proyecto que se anuncia para el futuro. Cuya principal característica es imprevisible: será muy importante, pero todavía no se sabe en lo que consistirá propiamente dicho.

Seguro que tienen muy buenas intenciones. Ojalá el nuevo proyecto sea más útil. Los últimos aletazos de Las Aletas, al menos, nos devuelven a la realidad. Es preferible vivir de las certezas, antes que distraer con mentiras que nunca serán verdad.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios