Que no se preocupe, mi desesperado lector, que tendremos tranvía para rato. Y más vale que se calle el señor López -delegado a la usanza de esta Junta lenguaraz- pues, cada vez que habla, viene el tranvía -con retraso- y arrasa con todo. Un delegado que pronto dejará de estar "asusanado" si, ese devastador del Sánchez, lo permite. Aunque, menos mal, que ya el otro día la desunida Junta de ahora avisó que el tranvía este año tampoco. Y que se retrasa su puesta en servicio hasta 2018 "si no pasa nada". Que está claro que, si así lo ha dicho, algo pasará. Además de que esos billetes que estaban casi puestos a la venta desde el mes de marzo, se expenderán definitivamente para el año que viene. ¡Con la cola que ya hay!

Y así, nuestro Diario continúa un día sí y el otro también, diciéndonos que el señor López se corrige y desdice de lo dicho y anunciado rotundamente: que ya teníamos tranvía y que la cola para esos billetes era colosal. Diciéndonos además que hay elementos que son imposibles de prever y de la obligatoriedad de homologar maquinarias, trayectos y hasta el conductor del tranvía; pues todo esto lleva a aplicar nuevos plazos. Y yo digo que este "asusanado" delegado lleva razón, ya que aún no ha dado tiempo. Pero bueno, ahora hay que estar pendiente de el Salto del Carnero, que sabe Dios hasta dónde llegará, pues ese nudo de La Ardila, que yo lo calificaría como gordiano, y que es donde está el Carnero, nos dice el susodicho delegado que "en principio prevemos que esa obra se termine en los meses de verano, en junio o julio". Y yo vuelvo a decir que mucho "prever" en lugar de "proveer" que sería mejor y más necesario. Pensando que lo que se tenía que agarrar ya está en un cajón, a cuyo propietario muchos lo conocemos, sobre todo en Jaén.

Pero eso sí, el tranvía seguirá realizando pruebas, y todo para atenuar, conformar y acallar bocas. Que viene, ya vino y se fue. Como cualquier fantasma que aparece, se entretiene y luego se va. Un verdadero cachondeo que este delegado y lo que representa tienen con todos los ciudadanos. Isleños y chiclaneros que ya están hartos de tanto fingimiento y patrañas.

Aunque lo más sorprendente de todo esto es que me lo encontré enfrente de "mi cierro" la otra tarde -al tranvía, no al delegado- y lo toqué. Era real, era verdad, pero se fue y no volvió.

En definitiva, mi viajero lector, que pronto llegará la feria y este chiclanero y "sanchista" Ayuntamiento subvencionará el vino de aquí en las casetas que lo comercien. Borracheras baratas patrocinadas por nuestros munícipes. Porque no hay cosas mejores qué hacer. Digo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios