Análisis

aNA SOFÍA PÉREZ- BUSTAMANTE

Los cinco o seis sentidos

La poesía no se puede entender si no prestas al texto todo tu ser y toda tu memoria: memoria de la historia, del sentir y del cuerpo. El caso es que vine a parar a un tribunal de Trabajo de Fin de Grado (TFG) que trataba de la traducción que había hecho, en 1940, un señor muy ilustrado, Xavier de Salas, de unos cuantos poemas de Mallarmé. Y vine a dar con uno que se titula Les fenêtres, o sea, Las ventanas. Les resumo la idea: el poeta observa cómo un moribundo, en el hospital, olvidándose de crucifijos y miserias, besa el cristal de una ventana dorada por la luz, y le parece estar besando el cálido sueño de la vida cuando era joven. Luego el poeta se identifica con este gesto: en medio de un mundo y una gente que le asquea, él también busca, inútilmente, la evasión de un gesto como es éste de besar la luz dorada, la belleza total, el infinito. Bueno, pues resulta que Mallarmé, un poeta endemoniadamente difícil, escribe de las "fenêtres qu'un beau rayon clair veut hâler": "las ventanas que un bello y claro rayo quiere broncear". El señor Xavier de Salas lo traduce como "empañar", pero esto es un inmenso error: no es lo mismo un cristal empañado, que remite al aliento de una persona enferma, que un cristal transmutado por un rayo de luz que lo convierte en una superficie de oro. Ustedes son testigos: cuando cae el sol hay ventanas que arden como ciudades de leyenda, y uno asiste a la puesta de sol como si fuera Marco Polo, asomado a la maravilla. El traductor de poesía, lo mismo que el poeta, ha de ser, como explicaba García Lorca, un maestro de los cinco sentidos corporales. Entender la poesía es lo que decía Platón: conocer es "reconocer". Si no te remueve una experiencia propia, no lo entiendes. Más claro aún: una serie de televisión, Castle. Un padre no sabe cómo responder a su hija, una adolescente que le está preguntando si lo que siente por un chico es amor. Y una mujer hecha y derecha le dice al padre atribulado: saber si estás enamorada es fácil. Cuando estás enamorada, de repente entiendes lo que dicen las canciones de amor. Pues la poesía es igual: cuando te llega el momento, de repente, la entiendes. Con toda la memoria de los cinco sentidos corporales, más el sexto sentido.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios