Hace ya unos años le propuse a la delegada provincial de turno la idea de derribar el edificio de la guardería municipal para recuperar los restos del Castillo de la Villa y, sobre todo, para seguir excavando a la búsqueda del Teatro Romano. Le gustó la idea pero prefería que se vendiese desde el periódico y no desde su departamento, por aquello de evitar críticas públicas. El historiador Juan Antonio Fierro también ha insistido en esta propuesta en varios de sus escritos.

Ahora parece que a la Junta se le han pasado los miedos y ha descubierto la importancia que tiene para la ciudad, como elemento cultural, turístico y económico, la ampliación de las excavaciones del Teatro Romano y, también, el descubrimiento de los escasos restos que quedan del castillo de la Villa.

No debe alarmar el anuncio del derribo de una guardería pública porque, lógicamente, esta operación iría acompañada de la apertura de un centro alternativo, incluso mejor equipado pues siempre ha chocado la presencia del patio de juego a pie de carretera.

Ya es tiempo que a la hora de planificar la ciudad prioricemos aquellas actuaciones que, bien ejecutadas y gestionadas, benefician a la ciudad incluso promoviendo la creación de un empleo que tanto hace falta. Una planificación que, sobre el papel, debe pintar también las necesidades educativas y sociales.

Ahora queda esperar que la Junta afronte este proyecto con agilidad y con medios. Ya esta ciudad ha perdido mucho tiempo con la paralización de la recuperación del Teatro Romano. Sin olvidarnos que queda por ejecutar el nuevo acceso, centro de interpretación incluido, a través de la Posada del Mesón, también pendiente.