Análisis

Nicolás Terry

La oposición municipal, triste papel

Me han leído en muchas ocasiones que la oposición municipal que encuentra el equipo de gobierno está dictada siguiendo órdenes del partido o del "jefecillo" de turno que desde su puesto adoctrina a los suyos y les dicta las órdenes de obligado cumplimiento. Creo que es conveniente que la ciudadanía conozca el triste papel desempeñado por los concejales del PP en la aprobación definitiva en pleno de los proyectos hoteleros del Cangrejo Rojo y de la Costa Oeste. Un día o dos antes que el alcalde electo, David de la Encina (le guste o no esta palabra al diputado Candón) y su equipo de gobierno llevaran a pleno para su aprobación definitiva los dos proyectos anteriormente mencionados, los inversores conocen que la intención del grupo municipal del PP era votar en contra.

Aunque ya se contaba con el voto negativo de Levantemos, al fin y al cabo congruentes y fieles a su política, lo que no se esperaba para nada era el voto negativo del PP, ya que se suponía como mucho una abstención pero con la misma se salvaba el escollo y el proyecto recibiría los parabienes finales para su ejecución.

Con las alarmas disparadas, los promotores, que no han tirado la toalla, solo piensan en continuar con el proyecto y se ponen manos a la obra para intentar buscar una solución.

Al fin y tras una llamada a las altas instancias del PP, no sé exactamente el nivel pero sí que debía de ser muy alto, ya que tras el toque los concejales del PP se reúnen con los autores del proyecto y tras conocer el mismo deciden cambiar su voto negativo por uno positivo o por la abstención, con lo cual sea cual fuese el proyecto se aprobaba.

Y ¿saben ustedes, aún desconociendo el proyecto en su totalidad, las razones que esgrimieron para justificar su voto negativo? Pues que era un proyecto que venía de la mano de los socialistas.

No sé que piensan mis lectores, pero desde luego para mí creo que todos y cada uno de los componentes del grupo municipal del PP estarían descalificados de por vida. Si con estos mimbres debemos construir el cesto, que venga Dios y nos coja confesados.

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