Me fascina la capacidad que tiene la gente para saber de todo. Yo creía que esto sólo pasaba en Cádiz.
A cualquier hora del día enciendes la tele, y ahí tienes a la gachí de turno que igual te da las claves del enfrentamiento entre el coleta morada y el Errejón (más conocido como El Niño de la Bescansa), que la solución. Y luego, en el mismo programa, te da la exclusiva del nombre de la última piba que se ha trincao el Paquirrín. Cambias de canal y ahí está el gachó de turno, tertuliano desde chiquitito y experto político, que a toro pasado, te recuerda que fue él quien predijo el Brexit, las Farc e incluso que Melanina Trump sería la primera dama de los EE.UU.
Lo mismo ocurre en Cádiz, sobre todo, cuando llega el Carnaval. El personal, de la noche a la mañana, se disfraza de carnavalero, y por arte de magia es el que más sabe de agrupaciones carnavalescas, el que más premios ha ganado o el que mejor retransmite el COAC desde el Falla. Por la tarde se pone el chandal y te clava la alineación que va a sacar el entrenador del Cádiz el próximo partido de Liga.
Y cuando llega la Cuaresma, previa desinfección, se encasqueta su capirote y se convierte en un forofo incondicional de la Semana Santa, del Camino de Santiago o de las bandas de música capillitas, y en su ratos libres satirea por el Paseo Marítimo.
Este tipo de personajes sí que formarían una buena chirigota de enteraos, y no la del Selu.
Pacharlos.
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