Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

A veces me siento marciana, de verdad. Luego lo pienso y concluyo que no, que no es una cuestión de planetas sino de edad, que probablemente lo que me pasa tiene que ver con el archisabido salto generacional que hasta ahora no iba conmigo. O sea, que antes era yo la que me hacía la marciana a posta. Todo esto viene porque leí en el Tentaciones 'Las 10 cosas que vas a hacer este año' y en lugar de ilusionarme con los supuestos adelantos tecnológicos, me quedé pasmada, fuera de juego. La primera: vamos a comprar de todo sin salir de casa. Ésta no me sorprendió porque ya lo hacemos si queremos, pero el texto hablaba de entregas realizadas por drones capaces de llevarte, en menos de dos horas, papel higiénico o preservativos (300.000 llevan repartidos así en España). Vale, lo voy a dejar pasar. El puesto número 3 era que los chatbots serán nuestro mejor amigo. Ya hay uno llamado Replika que, no solo está preparado para imitar su personalidad, sino que permite resucitar virtualmente a alguien fallecido y volver a hablar con él (todo a partir de los mensajes de texto que hubiera escrito, no imaginéis otra cosa). Es decir, que seguimos empeñados en hacer realidad las distopías y presentarlas como una novedad apetecible. No nos bastaba con convertir la advertencia de Orwell en su novela 1984 en un programa televisivo como Gran Hermano, sino que ahora aspiramos a vivir la película Her o la serie Black mirror en primera persona. El número 7 era ver peleas de robots y, el mejor, el último: no hay que perder el tiempo en comer porque hay una compañía (startup se dice, por si quieres estar al día) que tiene polvos, batidos y barritas con todo lo necesario para la nutrición diaria. O sea, que feliz futuro si se trata de lanzarnos en brazos de la inteligencia artificial (que no es otra cosa que facilitar la inclusión de publicidad adaptada a nuestras necesidades) para no tener que salir de casa ni a comprar y poder quedarnos viendo peleas de robots o reviviendo a los muertos mientras saboreamos unos asquerosos polvitos nutritivos. Lo que veo sin futuro es la entrega de los preservativos a domicilio, no parece que así vayan a hacer mucha falta. A cuadros.

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