La verdad es, mi reencontrado lector, que después de algunasLa verdad es, mi frecuente lector, que para hoy no hay una gran noticia ni buena ni mala que al resaltarla se podría desarrollar, ya fuese por extensa o importante. Por eso, este arti-culito presente, lo titulo así. Porque mi erudito lector sabe perfectamente el significado de la palabra "sirimiri", aunque, también es verdad, que por estos lares oímos "chirimiri" en lugar de su correcta pronunciación. Un término que junto a otros sinónimos como "calabobos", "llovizna" o en aquella bonita región asturiana "orvallo", más también aquello que oímos decir que lo que caen son "cuatro gotas". Y todas esas palabras o expresiones tienen en común ese significado de "lluvia menuda" que no es ningún chaparrón.

Por eso, sirimiri de noticias menudas o poco importantes. Así, no me quiero olvidar de esas cositas que han ido ocurriendo en esta acogedora Chiclana y en sus alrededores. Como el tema de las arenas, no las del Rocío que ya hoy lunes están colmadas y atestadas en su pleno cometido, sino las de nuestras playas de aquí y alrededores, cuyos prometedores responsables o mentirosos no se ponen de acuerdo para enmendar el desastre acaecido por los pasados temporales. Y no digamos de la primera actualidad constante del Campo de Gibraltar, donde es Algeciras y La Línea lugares de primera página en prensa o telediarios, que están quitando del sitio informativo a esos catalanes irresponsables, para convertirse estas ciudades en el cúmulo o suma de tanto tráfico de droga y de la ofensa o maltrato a los cuerpos de seguridad allí destinados.

Algo que parece mucho peor que aquellos destinos de entonces en el País Vasco. Por otro lado, aquí en Chiclana, hasta poco sirimiri hay. Sólo resaltar la importante labor que está desarrollando el partido popular como oposición, siempre al acecho y control de algunos desmanes del gobierno actual. Que así debe ser. Y además algunas gotitas destacadas como que ya está abierto el concurso para Juan y Juana; el dinero para los próximos conciertos veraniegos; que el nuevo presidente de los empresarios chiclaneros percibe la recuperación económica todavía frágil; los millones para la ciudad -dicen- que vienen de la Diputación amiga y, el gran goterón: que mi admiradísimo en aquella época, Alfonso Guerra, en un acto organizado por el Ateneo, impartirá una conferencia el próximo jueves.

Y todo o tan poco en este desastre de país en donde quien de verdad manda desde siempre es la Banca. Por eso, pienso y deseo, que lo pueda remediar Santa Rita, porque todo esto es imposible, con sirimiri o chaparrones. Que, por cierto, mañana martes sale en procesión por nuestras calles chiclaneras. Pero Santa Rita, no la Banca.

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