Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Análisis

José guerrero 'yuyu'

Señores, un respeto

La gran virtud de este equipo es que tiene fondo de armario y cualquiera puede jugar

En el refrán de "No hay quinto malo" no le viene bien al Cádiz y volvió a caer ante su bestia negra. No fue un buen partido y cabía dentro de lo posible venirse derrotados de Oviedo. Pero claro, ante el primer revés ya hay gente loca por darle algún palo a Cervera. Sorprendió la no alineación de Barral, delantero en plena forma y el entrenador lo explicó como había que hacerlo. "Asuntos Internos", lo llaman en las películas de policías americanos mientras que aquí lo llamamos "lavar los trapos sucios en casa". Sin escándalos, sin tragedias. Luego supimos el motivo y se abrió el debate sobre si dejar a tu mejor hombre en el banco es tirar piedras sobre tu propio tejado o es de justicia. En mi opinión, estoy con el entrenador. La disciplina en un equipo es tan importante, o más, como lo demás. Y vale que lo de Barral no sea ningún crimen, pero las reglas son las reglas y creo que Cervera acertó. Lo mejor que tiene este entrenador es su mano izquierda a la hora de tomar decisiones. Y muestra de que solo fue un serio toque de atención es que Barral volvió al once en Copa, con ganas, con ira profesional y marcó el gol de la victoria. Y asunto arreglado. Sin rencores, sin brechas personales, pero dejando las cosas en su sitio. La derrota en Oviedo no tiene que dejar tintes preocupantes. Era cuestión de tiempo que llegara un partido malo y la primera derrota. Pero la gran virtud de este equipo es que tiene fondo de armario y que cualquiera puede jugar. En Copa se demostró y se eliminó sin demasiados apuros a un rival serio como el Osasuna. Y es que el Cádiz se está ganando a pulso una de las mejores cosas que puede tener un club de fútbol: ser respetado por lo rivales. Hubo años en los que el nombre de Cádiz CF sonaba a equipo sombra de lo que fue, a rival batible a manos de cualquiera. Pero (sobre todo) en estas dos temporadas, el Cádiz suena a hueso duro de roer, a rival de los incómodos. Y eso hay que agradecérselo a los futbolistas, pero sobre todo al entrenador. Que el entrenador del líder de Segunda diga que para tener opciones de sacar algo positivo en Cádiz tendrán que dar su mejor versión lo dice todo. Así que si hay alguien loco porque llegue algún resultado malo para darle palos a Cervera, haría mejor en esperar. La Segunda vuelve a ser la del año pasado. Cinco jornadas y los diez primeros equipos separados por dos puntos. Y esto solo ha hecho empezar.

Lo que más me preocupa de una mala racha deportiva no es alejarnos de la cabeza, sino que la mala racha en la cancha se traslade a las oficinas. La guerra entre Pina y Vizcaíno está ahí, en la sombra y solamente el buen momento deportivo lo está impidiendo salir a flote. Porque como suele ser habitual, en las horas bajas se empiezan a buscar culpables y el fuego cruzado se lleva a cualquiera por delante, hasta a los menos culpables. Las victorias y los éxitos tapan cualquier otro problema y en eso tenemos que centrarnos. Que no hemos vuelto a Segunda, y fuertes, para matarnos entres nosotros.

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