Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Análisis

José Macías

Cofrade, miembro de la comisión del Corpus Christi

El Santísimo Sacramento, misterio de nuestra fe

El Señor nos espera. No escatimemos tiempo para ir a su encuentro

Ya se encuentra repartido por los distintos sectores de la ciudad el cartel que viene a constituirse como el pregón gráfico que anuncia la próxima festividad religiosa del Santísimo Corpus Christi, que es el "inefable don de la Eucaristía y que el sacerdote, como celebrante de este sacrosanto misterio, lo ofrece como sacrificio a Dios por la salvación propia y de todo el mundo y se nutren de Él, como alimento espiritual (carta encíclica Mysterium fidei)".

En la celebración del Concilio de Trento (1551) los padres conciliares juzgaron que era oportuna dictaminar la siguiente síntesis de verdades al tratar el Misterio de la Eucaristía: "Nuestro Salvador, en la última Cena, en la noche en la que fue traicionado, instituyó el sacrificio eucarístico de su Cuerpo y de su Sangre, para perpetuar así el sacrificio de la cruz a lo largo de los siglos hasta su vuelta, confiando de este modo a su amada esposa. La Iglesia, el memorial de su muerte y de su resurrección; Sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad, banquete pascual, en el cual se come a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da la prenda de la gloria futura"

Con estas palabras se enaltecen a un mismo tiempo el sacrificio que pertenece a la esencia de la Misa, que se celebra cada día y al Sacramento.

Como Hijos de la Iglesia, resulta necesario que nos acerquemos particularmente a este Misterio, con humilde reverencias, no buscando razones humanas, sino adhiriéndonos firmemente a la Revelación divina.

San Juan Crisóstomo que, como es sabido, trató con auténtica piedad el misterio eucarístico, se expresó a sus fieles en una ocasión con los siguientes términos: "Inclinémonos ante Dios y no lo contradigamos, aun cuando lo que Él dice pueda parecer contrario a nuestra razón e inteligencia, sino que su Palabra prevalezca sobre nuestra razón e inteligencia. Observemos esta misma conducta respecto al misterio eucarístico, no considerando solamente lo que cae bajo los sentidos, sino atendiendo a sus Palabras. Porque su Palabra no puede engañar. Que en este misterio está presente el Cuerpo verdadero y la Sangre verdadera de Cristo "no se pueda percibir con los sentidos -como dice Santo Tomás- si no solo con la fe la cual se apoya en la autoridad de Dios".

Jesús, que lo dio todo por el hombre, que colmó la hermosura a lo que ya era hermoso y de bondad a lo que ya era bueno y de poder a los poderosos. Es verdad que todo esto, solo lo pueda hacer realidad la caridad de Dios porque como nos dice el apóstol San Juan: "Dios es Caridad, Dios es Amor".

Es el Amor del cual San Pablo celebra con entusiasmo sus admirables dimensiones: la altura que se eleva por encima de los cielos; la profundidad que desciende hasta los abismos; la amplitud que abarca hasta la inmensidad y la longitud que llega a la eternidad. Es el Amor que llevó a Jesucristo a esos prodigios de humillación y de anonadamiento para rescatarnos del pecado y de la muerte.

En este ambiente de festividad eucarística, nuestra Isla, o mejor dicho los isleños deberíamos disponernos a participar, a partir del lunes día 28 del actual, en cada uno de los actos que se sucederán a lo largo de la semana como si fuese, una preparación para, llegado el domingo día tres, jornada de la festividad del Santísimo Corpus Christi, vivirla con profunda alegría, paz y amor, dada la vitalidad espiritual y apostólica de la Iglesia y la Sagrada Eucaristía.

El itinerario tradicional que recorrerá la Procesión, se encontrará exornado con banderas, reposteros, colgaduras, altares, alfombras y el romero que se esparcirá por las calles y su aroma junto con la fragancia del incienso, se elevará en volutas hacia los cielos, en honor, adoración y gloria al sacrosanto misterio de nuestra fe.

En esta solemne procesión de S.D.M. le acompañarán el santo Patrón, el Bendito Patriarca Señor San José, y la Santísima Virgen del Carmen Coronada, patrona de la Armada y de la ciudad, participando las autoridades civiles y militares, adoraciones perpetuas y nocturnas, las hermandades y cofradías, colegios profesionales, corporaciones culturales, estamentos sociales y fieles en general.

Este acto de culto externo, finalizará con la solemne bendición con el Santísimo desde el altar instalado al efecto, que recibirán todos los presentes en la plaza de la Iglesia, con respeto, recogimiento y fe, según los sentimientos.

El Señor, que es el mejor amigo del hombre, nos espera en este sacramento del Amor. No escatimemos tiempo para ir a su encuentro en la adoración y en la contemplación.

Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar; sea por siempre bendito y alabado

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios