Los cañones

Querido maestro y amigo

Querido maestro y amigo: Por Febrero y nadie te llevó flores ni encendió una vela. El día que tú te fuiste en alegre pasacalle, te llevaron hasta el Falla recorriendo todo Cai. Te llevaron hasta la Caleta y las olas de la playa te salpicaron en la cara. Sonaron chirigotas y comparsas, y esos coros en la Plaza cerquita de la Cruz Verde, y salieron al compás del 3x4 los chiquillos de aquel barrio de la calle San Vicente.

Como la puerta de los príncipes para las grandes figuras del toreo se abrieron las puertas de las estrellas. Esas estrellas que en el suelo inmortaliza a los grandes de esta fiesta, para despedir a D. Antonio Martín. No creas que te quiero entristecer, pero eres de esos que lo dieron to a cambio de na por nuestro Carnaval, gaditano güeno. Y cuando llega el momento de la retirada hay que saberse retirar y despedir, como tú lo has hecho cabeza. Ha sido el momento ideal para ese adiós y espero nunca tengas que decir "desde que dije adiós lloro solo como un niño".

Anunciar una retirada nunca se había visto con tanto éxito y beneplácito del pueblo. En mente tengo al Tío La Tiza, Gustavo Rosales Márquez, Manolo Cañamaque, Ramón Díaz Gómez y un largo etc. que nos dieron la imagen de "viejos comparsistas". Ellos nos daban a los chavales de entonces ese perfil de viejecitos, con esas boinas negras y las arrugas de hombres maltratados por el hambre y la vida. Ellos se murieron antes de despedirse y yo creo que no hay porque morir con las botas puestas. Una obra tiene principio y fin.

Nos ocurre, a los autores, que no sabemos decir se acabó el cuento. Como el artista de óleo, que no firma el lienzo porque cree le falta un trazo nuevo, decimos ya no hago nada más. Perote llegan al año siguiente un grupito de chavales llenos de ilusión y otra vez liado. Y así un año, y otro, y otro, y nos dejamos algo más que coplas, nos dejamos el alma pero muchas veces también la salud. Así que si te llaman de nuevo, ronda por las esquinas con tu bonita nieta Martina y como el levante da una vuelta por Cai.

Lloré y me sentí feliz de verte Antonio, aun joven para otras cosas más importantes en la vida, diciendo "me espera mi familia". Así se resume la entrega de tantos esfuerzos, tantos éxitos, tantos meses de ensayo y tantos años, que ya sabemos algunos lo que van pesando. Ahora al amparo de Amparo y dos generaciones más, por ahora, toca vivir lo no vivido, que tu cuadro de cincuenta años llenito de matices y trazos, firmado está.

Te quiero amigo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios