Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

La ciudad comenzaba el 2018 acogiendo la Regata Ciudad de El Puerto en su cuarta edición, primera como prueba del circuito Excellence Cup de Optimist, un hito para Andalucía que conseguía por méritos el RCN de El Puerto.

Seguramente muchos portuenses no saben lo que es esto pero lo importante es que este hecho ha permitido triplicar la convocatoria y reunir a casi 250 regatistas en edades infantil y juvenil venidos desde todas las comunidades españolas y de otros cuatro países, a los que se sumó otro tanto entre familiares, entrenadores y personal empleado, en total, alrededor de medio millar de personas extra viviendo durante una semana en El Puerto en temporada baja, con lo que eso supone aparte lo deportivo.

Para hacerlo posible, el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria daban permiso para ocupar durante apenas cuatro días (del día 1 al 4 de enero a las 18:00 horas) la pista deportiva y pública y el aparcamiento aledaños al centro de salud, necesario para dar cabida a los barcos de los participantes, siendo unos terrenos que originariamente pertenecían al club y que fueron cedidos a petición de los vecinos, los mismos que ahora muy molestos por esta ocupación de espacio público no han dudado en elevar una queja pública. Y digo yo, hay que ser muy corto para no ver más allá, quizás tenemos lo que merecemos gracias a la demostrada falta de miras de algunos que sin hacer nada, tampoco son capaces de reconocer, no ya aplaudir, lo que inventan otros por hacerle el boca a boca al Puerto de vez en cuando, tirando de crítica y populismo de tres al cuarto. No quiero pensar que sea la Vela, ese deporte que algunos sienten ajeno en una ciudad de mar que mira al río pero de espaldas. Lo que ha conseguido el RCN de El Puerto es muy importante pero para reconocerlo ni siquiera tiene que gustarte la Vela, basta con alegrarse de una supuesta "invasión" que da lustre al Puerto y de paso lo pone en el foco, y sobre todo, ser consecuente con la realidad que tenemos y si es necesario, sacrificarse un poquito por el bien de todos.

Señores de la asociación San Marcos, háganselo mirar porque su ciudad no puede permitirse el lujo de dejar pasar oportunidades como esta que sucedía en su barrio y que revierte directamente en su maltrecha economía. Quizás compense tanta molestia o incluso ni siquiera lo sea.

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