Análisis

Enrique Montiel

Pensar la playa

Hay que echar una pensada. En la playa, como en todo, no cabe más que sumar

Ahora hay noticias de la playa. El gobierno de España por boca de su Delegado en Andalucía, nos anuncia que llegarán 2,6 millones de euros para remediar los males causados por los vendavales de abril. Siete mil euros es lo invertido para poner en funcionamiento el sendero hacia "la Punta". Por el ayuntamiento, claro. Dos noticias sobre Camposoto, en esta semana que, si bien acaba ventosa, preludia la llegada de los aparcamientos llenos en la playa de San Fernando.

Cuando Fernando López Gil se preparaba para la conquista democrática de la Alcaldía de San Fernando, digo cuando era una persona convincente, ilusionada y cercana, o sea, antes de lo que es ahora, era muy dada a reunirse con todo tipo de colectivos y ciudadanos para escuchar sus demandas y participar de sus ideas. Además, claro está, de ofrecer sus proyectos, sus pensamientos sobre la ciudad para contrastarlo y tener más elementos de juicio. Es un momento muy bonito de la vida democrática, quienes desean gobernar se fundamentan en sus vecinos, en sus ilusiones, sus palabras, sus sueños. Pero llegó Loaiza, le ganó por unos votos y Francisco Romero, heredero de un andalucismo local que había sido detestado por López Gil y el PSOE isleño por las razones conocidas, se apresuró a pactar con el Partido Popular. Sabemos que el resultado fue la insatisfacción y la desafección de ambos dirigentes, y una política de avestruz que acabó dando el triunfo a Patricia Cavada, a la que se ofreció el andalucista Romero, condenado por las urnas a ser el jarrillo de mano del Poder en la ciudad.

Han pasado casi tres años ya de la segunda parte de esta historia. ¿Nos habría llamado López Gil para hablar de la playa de Camposoto, pensar la playa? A propósito he omitido la preposición "en", en cierto modo sería reiterativo. Debemos pensar la playa que queremos y cómo lo logramos. Porque a un lado y otro hay dos modelos de playa con beneficios sociales para las localidades titulares que aquí no se dan. Cádiz es tradicional ya, sus balnearios tienen más de un siglo, mucho más. Es el modelo de una playa doméstica. La Barrosa es el ejemplo de la pujanza del Turismo como motor económico. La playa ha modificado la ciudad, la ha hecho próspera, importante. La ha lanzado, ha colocado a Chiclana en el mundo. ¿Nosotros? Tenemos una playa virgen, digo local. El beneficio es casi privativo de los vecinos. Porque detrás de la arena está el Parque Natural. Y las instalaciones militares de Camposoto. Por eso hay que echar una pensada, que se dice ahora. Pararse a buscar las ideas oportunas. Para invertir más dinero en senderos, más millones de la Junta en hacer una playa con todos los atractivos. En la playa como en todo de la ciudad no cabe más que sumar.

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