Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Ya nos lo decía José Luis Sampedro en su obra póstuma Sala de espera: "(…) El lenguaje es lo que nos hace humanos… El lenguaje da al ser humano sus alas más poderosas para acercarse a las estrellas… Por la palabra podemos salvarnos y con ella dialogamos, sobre todo en el hablar consigo mismo durante el viaje de la vida".

Y comienzo así, porque todo esto tiene que ver mucho con ese libro que fue presentado hace un par de semanas titulado: Nuestro palabrerío. Nuestra gente. Nuestro pueblo. Siendo sus simpáticos y oportunos autores Adriano de Ory -el pequeño futbolista de la portada- y Kiko Cuadrado -el romanito serio que ahí también se ve-. Dos personas agradables y amigas que han dedicado mucho tiempo a esta obra isleña que marca una vez más nuestro carácter y nuestra forma de ser y de estar. Aunque, y esto lo recuerda mi lector, no es la primera vez que estos dos ilustres cañaíllas dedican su amor y su entrega a esta Isla en un libro, pues allá por el año dos mil uno tuvimos la suerte y la gloria de la publicación de dos ediciones tan inmediatas del llamado entonces Palabrerío de La Isla.

Y éste que ahora tenemos entre las manos y frente a los ojos, más bien es una tercera edición, pero muy ampliada. Porque no solamente trata de repetir esos términos propios de aquí durante nuestra lejana infancia, sino que se nos recuerda también a personas y lugares de entonces. Siempre con la evocación del desaparecido y tan pronto Emilio Prieto, que fue coautor con Nano y Kiko en esas dos primeras ediciones citadas.

Bonitas y muy sabias palabras también las de mi admirado Juan Torrejón en la presentación del libro y en su introducción: "Rescatar el ayer a través de las palabras es un ejercicio de recuperación, ya que la evocación forma parte substancial de nuestra vida y nos sirve para estructurar nuestro ser".

Porque es verdad, mi lector "aconchavao", que este libro es, antes que nada, un rescate. Rescatar o recuperar nuestros recuerdos a través de la palabra. Palabras que a veces son auténticos vulgarismos, pero entrañables y muy emotivos, o también coloquialismos que nos trasladan a esta cuna tan querida como es nuestro andaluz. Aunque nada tiene que ver con el empleo malsonante y antigramatical que nos señala la RAE, porque es nuestro y nada más. Ya lo dijo aquel importante intelectual Joseph T. Shipley que la palabra es comprender cómo piensan y han pensado los hombres que van moldeando el curso de las civilizaciones.

Total, mi "engollipao" lector, que ya está bien y me cojo el "piri".

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