Que Álvaro Cervera apueste por la continuidad del ariete Ortuño, es incuestionable. El concurso de este jugador en el curso pasado resultó más que satisfactorio para los intereses cadistas. Se trata de un jugador que se desenvuelve muy bien en el ataque, es fácil artillero y se desmarca perfectamente para abrir hueco y camino a otros compañeros que le acompañen en la aventura de poner cerco al área enemiga. De conseguirse su continudad para la nueva temporada sería muy del agrado del cadismo. La duda está en que si el futbolista acepta otro año cedido o bien traspasado por cuanto el presidente isleño ha anunciado que Ortuño se encuentra en la lista de traspasable, aunque no ha anunciado la cantidad en la que tasa la transferencia. En fin, hagan números y determinen si está al alcance de la tesorería cadista, pero en el caso que nos ocupa bien merece un esfuerzo económico. Yo creo que el Cádiz ha dado el primer paso para futuras negociaciones al haberle contratado para cerrar el cartel del próximo Trofeo Carranza. La Unión Deportiva tiene bien cubierto el puesto de ariete, lo cual deja abierta la puerta para una posible salida de Ortuño al Cádiz, club que le atendió bien y del que el jugador tinerfeño salió muy satisfecho. Desde luego, que aceptase seguir otra campaña vistiendo de amarillo dejaría a Cervera muy contento porque sabe del rendimiento del que es capaz este jugador. Otra cosa es que el delantero prefiera quedarse en el equipo canario y saborear el goloso caramelo de la Primera División… Pero por intentarlo no debe quedar. El esfuerzo por recuperar a Ortuño bien merece la pena, pues así la vanguardia cadista tendría menos quebraderos de cabeza para reforzar el puesto de delantero centro. Ortuño es un aval importante para las aspiraciones cadistas que no deben ser otras que luchar por el "play-off" de ascenso. A ver si los consejeros del Cádiz son capaces de demostrarnos lo hábiles que son a la hora de negociar con acierto el retorno de Ortuño.