Se acabó, ya no quedan dudas. El objetivo es derribar a David de la Encina de la Alcaldía portuense. En el pleno del miércoles la "santa oposición", o sea PP, Ciudadanos, No adscrito y Levantemos se quitaron las caretas y señalaron el objetivo que no es otro que el actual alcalde, David de la Encina, y su equipo de gobierno, que cuenta con los concejales electos del PSOE y de Izquierda Unida. No voy a negar que me une una buena amistad con David, no, no lo niego, pero créanme si les digo que en esta columna lo que prima es la objetividad.

¿Por qué se quieren cargar a David de la Encina? Pues sencillamente por ser un alcalde honrado y trabajador, nada más que por eso, no hay otras razones. Al señor Beardo con el máximo respeto le diré que tan democrático es que gobierne la lista mas votada, como que lo haga otra que surja del pacto que estimen oportunas otras partidos políticos también electos.

Y si como el repite cada vez que puede, este alcalde es tan desastre, le recuerdo que al anterior, el de su partido, a Enrique Moresco, le cesó de la Alcaldía el propio PP, colocando en su lugar por dos años a Alfonso Candón, que si bien encabezó la lista mas votada no "arrasó" como pretendían y anunciaban a bombo y platillo en las últimas elecciones. Incluso llegaron a desplazar a la que debería haber sido nombrada alcaldesa, porque el aparato había designado al señor Candón. Y todavía dice usted que el actual alcalde es malo. Vivir para ver.

Triste papel del resto de la oposición, con un Levantemos que se alía con su antagonista para solo devolverle al alcalde su cese cuando se negaron a colaborar con él. Qué triste tu papel, José Antonio Oliva. Si hablas constantemente de promesas incumplidas, pues eres el primero que debías aplicarte a las mismas y sobre todo si como se rumorea insistentemente presentáis una moción de censura conjuntamente con el PP, pasaréis a la historia de lo que nadie esperaba de vosotros.

Que cada uno saque sus propias conclusiones, yo respeto las de todos pero también tengo derecho a expresar la mía, con claridad y sin tapujos, como toca.