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Queda un año para el fin del actual mandato municipal; un año para que los gobiernos municipales demuestren que cumplen con sus programas y promesas electorales. En lo que respecta a la política de medio ambiente, el Ayuntamiento de El Puerto difícil lo tiene.

Y es una pena. Izquierda Unida fue durante la época en que gobernaron IP y PP la formación política que demostró más sensibilidad con el medio ambiente, que llevó al Pleno muchas propuestas de Ecologistas en Acción y se enfrentó con la devastadora política de tierra quemada de estos partidos políticos. Pero cuando han accedido al gobierno y gestionado el área de Medio Ambiente, han hecho justo lo contrario de lo que defendieron y prometieron.

Al frente del área pusieron una persona que demostró su incapacidad para la gestión. Lamentablemente, mantuvo al frente de este servicio al autocontratado del que, desde la oposición, pidieron multitud de veces su destitución, por su incompetencia, falta de titulación y conocimientos en medio ambiente, y su proverbial capacidad de fagocitar a los concejales que se suponía eran los que gestionaban esta área.

Con IU nada ha cambiado. Se ha seguido deforestando la ciudad, fumigando nuestras calles con herbicidas tóxicos, se ha perdido la concesión del camping Las Dunas, que ha sido privatizado en beneficio de quienes incumplieron la concesión municipal, perdiendo el Ayuntamiento un valioso equipamiento y servicio público.

El concejal Antonio Chacón demostró una total dejación de funciones en sus responsabilidades de control de la concesión de la EDAR Las Galeras. Cuando Ecologistas en Acción denunció graves irregularidades en su funcionamiento y la presunta falsedad de los informes de la inspección municipal -de nuevo el susodicho factótum- no adoptó medida alguna. Se siguió pagando generosamente a la concesionaria aunque no cumpliera con el contrato. Cientos de miles de euros públicos regalados a una empresa privada.

Y han permitido que se pague con dinero público los desmanes del jefe de servicio, como ocurrió con el Centro de Animales, que quedó a medio construir por su mala ubicación. Para colmo, iniciativas ciudadanas tan interesantes como los huertos urbanos, las han boicoteado de forma lamentable. Les queda un año.

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