L A primera vez que vi en la pantalla de televisión luciendo un lazo amarillo al filósofo, multimillonario, exfutbolista, que en el año 1992 ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona con la selección española, hijo predilecto Santpedorenc, y entrenador en la actualidad, me transmitió una enorme tristeza. Ahora es uno de los principales propagandistas mentirosos del denominado "proceso soberanista catalán" y sus declaraciones continuas respecto al tema normalmente son muy contundentes "Lo llevaré siempre". Como es sabido la tira de tela amarilla cuyas puntas están cruzadas, es el símbolo que les sirve a numerosas personas que quieren sensibilizar a la población de la existencia de una de las más graves y complejas enfermedades que existen en la actualidad: La Espina Bífida.

En la madrugada del Viernes Santo, una multitud de personas estaba concentrada en los alrededores de la Basílica menor Nuestra Señora de Los Milagros Coronada, para ver la salida fervorosa de la Ilustre y Antigua Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Ánimas de San Nicolás de Tolentino, Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima de los Dolores, San Juan Evangelista, Orden Tercera de Servitas y Santa Cruz de Jerusalén. Todo estaba a punto para que procesionara por las calles de El Puerto de Santa María. Aunque aún no había amanecido, me llamó la atención cuatro personas- dos matrimonios maduritos ellos- que portaban en las solapas de sus prendas de vestir un lazo amarillo, y estaban haciendo comentarios entre ellos en catalán. Sus risas y bromas respecto a lo que están viendo, no cesaban y lo hacían además, en tono provocativo. Con su comportamiento demostraron desconocer lo que significa el respeto y la educación.

En España- en otros países ya lo hacían antes-, la mayoría de las asociaciones de Espina Bífida, empezaron a utilizar el lazo amarillo en el año 2013 y en 2014 lanzaron la campaña 'Mi Lazo por la Espina Bifida' que hizo notorio su uso y significado publicando en redes sociales cientos de fotos de personas con lazos amarillos por el Día Nacional dedicado a la Espina Bífida, que se celebra el 21 de noviembre. Se trata de una malformación congénita para la que no existe un tratamiento definitivo y que concierne a más de 19.000 personas. Es una afección tan compleja que cada persona que la sufre tiene síntomas y patologías asociadas diferentes. Una enfermedad cuyos afectados, como los de tantas otras, sólo quiere alzar la voz y buscar apoyos. El lazo amarillo es el símbolo que están utilizando para buscar visibilidad, y que se les conozca. También, para que se considere como enfermedad crónica ya que ahora no lo es y esto supone un problema de recursos para conseguir todo lo que necesitan las personas afectadas.

Para reivindicar el derecho de autodeterminación de Cataluña, los senadores de Convergencia y Unión lucieron lazos amarillos y en la actualidad los independentistas catalanes lo utilizan como señal de protesta, y son tan poco originales y creativos que no conocen que el amarillo, por ejemplo, es en su origen un color monárquico, ya que identificaba a los partidarios de la casa de Austria en el transcurso de la guerra de Sucesión y lo que es más grave que es un signo de solidaridad y lucha de enfermedades graves y singulares, entre ellas la endometriosis, que necesitan muchos medios y atención para tratar de erradicarlas trabajando para la defensa de sus derechos a la par que conseguir los productos y recursos necesarios para la intervención de esta patología. Las organizaciones afectadas están dolidas, y con toda razón, porque les han robado su lazo, tan noble, tan serio y tan sensato que les ha servido para apoyar a alguien con una discapacidad. Así se entiende cuando alguien lo porta como apoyo a esta causa social.

La falta de ideas que demuestran sus utilizadores con la simple copia de un lazo amarillo para dar a conocer su identificación con cierta ideología, es una clara evidencia de su nulo talento.

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